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La iglesia de Santa María de la Asunción de Novales, en Alfoz de Lloredo, permanece cerrada al culto desde hace aproximadamente una semana tras la aparición de grietas en las dovelas de los arcos. La decisión de clausurar el templo se ha llevado a cabo ... ante el riesgo de que se venga abajo alguno de los nervios de la bóveda del coro que, aunque no soporta mucho peso, «es mejor prevenir», según explicaron los técnicos que esta semana visitaban la iglesia parroquial para determinar el alcance de los daños. La solución, en un principio, «consistirá en apear y coser las dovelas separadas para que no se desplacen más de lo que ya lo han hecho». Si la medida funciona, «no será necesario realizar más intervenciones», ya que la bóveda del coro de la iglesia «no es de carga», es decir, no sostiene mucho peso. El arquitecto encargado de dirigir los trabajos es Luis Alberto Alonso. La actuación no requerirá una gran inversión, según las previsiones que se manejan, pero sí la realización de los pertinentes trámites burocráticos que tanto ralentizan estas intervenciones.
La iglesia de Novales forma parte del Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria desde el año 2001. El templo data del siglo XVI y destaca especialmente su órgano, que fue objeto de una exhaustiva restauración en varias fases hace cuatro años por un equipo multidisciplinar de expertos bajo la batuta de Enrique Campuzano, doctor en Historia del Arte y presidente de la Asociación para la Conservación de los Órganos de Cantabria. El instrumento, Bien de Interés Cultural desde el año 2012, fue construido en el año 1857 por el alemán Thomas Hesse. Tras el trabajo de los voluntarios que participaron en su recuperación, pudo volver a tocarse, tras muchos años en silencio, un 15 de agosto del año 2017 en la misa mayor. Destacan también en el templo de Novales los retablos, también restaurados, de gran valor artístico.
Los expertos calculan que las obras para reparar las grietas actuales y evitar que la bóveda continúe moviéndose «pueden estar concluidas en una semana», aunque lo importante no es tanto cuando terminarán sino en qué momento se iniciarán las labores. Mientras el templo permanece cerrado, los actos litúrgicos han sido trasladados a la iglesia de Cigüenza. Una situación muy parecida se da en El Astillero, cuya iglesia lleva desde febrero clausurada por la aparición, también, de grietas en la bóveda principal. En este caso se ha aprovechado para restaurar las vidrieras y el peligro para los feligreses era mayor dado el estado del templo. No se sabe mucho más sobre el transcurso de las labores para solucionar la situación.
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