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Este verano el cielo de Comillas no arderá con los fuegos artificiales ni habrá bailes hasta las seis de la mañana, encima del escenario ... al menos. Tampoco se embarcará la imagen del Cristo para que galope sobre el mar cargado de promesas. El Ayuntamiento ha decidido organizar un programa de actos simbólicos, acotados y restringidos por el covid, que poco tienen que ver con el jolgorio de los años dorados anteriores a la pandemia. Habrá cine de verano, un concierto con música de los años 60, 70 y 80 y actividades para niños. Actuará el Dj Caso; el veterano grupo local 'Los Latones' y la agrupación 'Vento Tempo'. También se celebrará un Concurso Regional de karaoke y se instalarán atracciones en la campa de Sobrellano, con entradas y salidas controladas. Además, se celebrarán los tradicionales conciertos de música clásica en el Seminario Mayor. El programa comenzará hoy, lunes, y se alargará hasta el día 19, aunque la jornada grande será el viernes 16 de julio.
Pero eso sí, un año más, Comillas ha decidido prescindir de la archiconocida procesión marítima en la que cada año participan decenas de personas. La figura del Cristo no será trasladada a hombros de cuatro devotos desde la iglesia hasta el puerto seguida de una cola de feligreses el día antes de sacarla al mar, aunque sí se realizará un pequeño acto simbólico e íntimo el día 15 en el muelle de la villa modernista. Asistirán los políticos, el párroco, los pescadores de la cofradía, los picayos y las pandereteras, que interpretarán el baile popular delante de la lonja, sin público y quizá con el muelle cerrado, aunque eso está por decidir. Habrá ofrenda floral y se recordará a los pescadores que ya no están. Todo será grabado y reproducido a través de las redes sociales.
El viernes, a las 12.00 horas, se celebrará la misa con aforo limitado en honor al Cristo del Amparo, según ha confirmado el párroco, Antonio Gutiérrez. «Se está barajando la posibilidad de que algunas pandereteras toquen al Cristo dentro de la iglesia», adelantó Guillermo Martínez, encargado de dirigir a los picayos, como ya se hizo en las fiestas de San Pedro en junio.
Hace dos años a estas alturas del verano, la agrupación llevaba ya un mes ensayando. Sin embargo «esta vez me estoy planteando organizar un solo ensayo, el martes día 13». «Es muy arriesgado organizar eventos grandes y ahora no tenemos más remedio que amoldarnos a la situación», se conforma Martínez. «Es una pena, porque se trata de una tradición muy bonita y emocionante, pero entiendo que no se celebre nada con toda la gente que hay», explica Marina Mediavilla, que lleva casi veinte años tocando la pandereta. Su abuelo era marinero y para ella esta fecha tiene ese significado especial que solo entienden los comillanos de verdad. El presidente de la cofradía, Luis Moro, se mostró muy comprensivo con la situación. «Ahora mismo es más importante la seguridad de las personas y si la gente no puede participar preferimos que no haya ningún acto», se solidarizó Moro.
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