Comillas plantea una reforma «radical» del frente litoral con más espacio para los peatones

El plan es la herramienta para solucionar de una vez por todas y de manera definitiva los problemas que genera la distribución urbanística del entorno de la playa. Tanto a los conductores como a los peatones. Existe un desorden endémico en los viales de acceso al arenal, en la anatomía del aparcamiento y en la zona conocida como los pinares. En todas las áreas se ha actuado en el pasado, pero hasta ahora no se ha proyectado una reforma integral y transversal que aborde la problemática de manera conjunta. La intervención se realizará «en la franja costera al sur de la playa –en un principio se iba a incluir el sector oeste del frente litoral, pero las limitaciones presupuestarias lo han hecho imposible–», donde se extiende «una gran explanada de asfalto» que hace de aparcamiento. La previsión es reducir de 5 a 3 las líneas de estacionamiento, lo que permitirá liberar una gran parte del espacio para, a su vez, ampliar la acera de tres metros que hace en la actualidad de paseo marítimo. Para garantizar la seguridad y la accesibilidad, se establecerán dos pasos de peatones, uno en el eje de la antigua lonja, y otro en la zona del restaurante La Caracola.

Llegados a este punto hay que decir que la propuesta del Consistorio incluye la eliminación de la peculiar escalera por la que se accede al arenal en La Caracola. Una estructura que resulta incómoda y poco funcional, pero que es en cierto modo seña de identidad de la playa de Comillas. En su lugar, se proyecta un nuevo acceso «con escaleras y rampa». A la derecha del aparcamiento se encuentran los pinares, un espacio verde que discurre en altura paralelo al arenal y donde actualmente hay palmeras de gran porte y otras especies, cuyas ramas han llegado a suponer una molestia para los establecimientos –y las viviendas– situadas alrededor. El Ayuntamiento propone extender la nueva ordenación del aparcamiento «hacia el pinar, ajustando sus límites sin comprometer su valor paisajístico –no concreta la manera de articularlo–». También plantará «pinos marítimos» para devolverle al entorno su esencia original. En cuanto a la calle Jesús Cancio, se mantendrá un paseo peatonal y se ensanchará el estrecho vial por el que pueden circular los residentes –ahora se ven obligados a salir marcha atrás–.

Se conservarán dos elementos fundamentales: la balaustrada existente, «que se integrará en la nueva propuesta», y el acceso peatonal adaptado, que es relativamente reciente. En torno al arbolado de los pinares, se establecerá un «perímetro de seguridad en el transcurso de los trabajos». Las reformas en el plano urbanístico, irán acompañadas de la mejora del sistema de saneamiento; de drenaje; de una nueva red de alumbrado; incorporación de zonas verdes, bordillos, bancos, papeleras, fuentes, puntos de lavado de pies... En total, se actuará sobre una superficie de 10.000 metros cuadrados. Aunque al final –recuerdan– todo puede ser objeto de cambio.