Comillas quiere renunciar al contrato que regula el aparcamiento después de tres años de pleitos

Ante los hechos, el Consistorio ha encargado la redacción de un informe para motivar y justificar la renuncia al contrato firmado con Eysa, zanjar de una vez este asunto y empezar de nuevo. En dicho informe, el Ayuntamiento expone «las razones de interés público» por las que solicita romper el convenio con la gestora, aunque no se haya ejecutado. «En todos estos años, el municipio ha experimentado cambios significativos, por lo que sería necesario adaptar el modelo de gestión de estacionamientos a la nueva realidad». El Consistorio ya ha remitido el documento a las empresas litigantes y al juez «que será el que tenga la última palabra».

La propuesta ha sido aprobada en pleno por unanimidad, señal inequívoca del hartazgo de los concejales que conforman la corporación con un asunto que impide avanzar. «Se nos ha abierto esta posibilidad legal y hemos decidido aprovecharla», ha apuntado la alcaldesa, Teresa Noceda (PRC), quien ha añadido que «lo importante a estas alturas es encauzar la decisión tomada hace tres años para mejorar la circulación en Comillas en época estival». Por su parte, el portavoz socialista, Julián Rozas, ha incidido en el pleno en que «las condiciones de movilidad en Comillas han evolucionado y lo siguen haciendo, lo que implica establecer modificaciones en el precio del contrato». Rozas ha tildado de «urgente» la puesta en marcha del servicio «para poder regular el número de plazas de aparcamiento en el centro y complementarlo con actuaciones de peatonalización y racionalización del espacio público».

El portavoz del PP en la oposición, Isaac Gutiérrez, aunque ha apoyado el planteamiento del equipo de gobierno, ha recordado que desde el PP «ya hicimos esta propuesta hace tres años, cuando la empresa Dornier, que quedó segunda en la licitación por detrás de Eysa, interpuso una demanda al disentir sobre la puntuación obtenida en la mesa de contratación por una diferencia de casi cuatro puntos». Fue el inicio de un periplo judicial que no acaba nunca.

El proyecto contemplaba regularizar casi dos mil aparcamientos repartidos en zonas por colores, de manera que los residentes tuviesen ventajas con respecto a los visitantes. También se proyectaba crear plazas específicas para carga y descarga y los usuarios de los comercios.