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Los retablos embalados en una de las estancias del Seminario Mayor de Comillas tendrán que ser restaurados antes de trasladarlos a la iglesia parroquial. Era de esperar que las obras de arte, que fueron concebidas a finales del siglo XIX para decorar las paredes de ... la iglesia del Seminario, sufrieran algún desperfecto tras permanecer almacenadas y relegadas al olvido durante más de quince años. Se trata de seis tablas de madera policromada –algunas diseñadas por el arquitecto catalán Lluis Domènech i Montaner– que fueron retiradas de los altares del histórico edificio cuando el espacio se desacralizó en 2008. La intención, en un primer momento, era 'bajar' los retablos, propiedad de l a Sociedad de Activos Inmobiliarios Campus Comillas (Saicc), a la iglesia parroquial de San Cristóbal, en el centro histórico de la villa. Se llegaron incluso a encalar las paredes del templo para albergar las obras de arte, pero éstas nunca llegaron a la parroquia. Se quedaron envueltas en una de las estancias de la antigua Universidad Pontificia.
Aunque la iniciativa de llevar el material pictórico a la iglesia de la villa modernista nunca desapareció y ha habido varios intentos frustrados, los retablos no se han movido en todo este tiempo. En noviembre, el nuevo presidente de la Saicc, Isaac Gutiérrez, retomó el proyecto iniciado años atrás y anunció el «pronto» traslado de los retablos. Para hacerlo, cuenta con la ayuda del párroco de la villa, Antonio Gutiérrez, ya que, aunque la propiedad es de la Saicc, será la institución religiosa quien se encargue de financiar la restauración de las obras.
Aún no se ha decidido quién recuperará los retablos ni cuánto costará hacerlo. «Estamos barajando diversas opciones», confirmó ayer Isaac Gutiérrez, quien insistió en que el proceso para trasladar, al fin, los elementos decorativos «continúa en marcha», pero no adelantó cifra alguna. Sí fue un poco más concreto el doctor en Historia del Arte, Enrique Campuzano, que se encargará de dirigir la restauración. «Hace diez años se realizaron varios presupuestos –que se encontraban entre los 70.000 y los 130.000 euros–, pero para calcularlo es necesario conocer el estado actual de los retablos». Según Campuzano, «el problema es que las pinturas se hayan visto afectadas por la humedad o las goteras». En cuanto a los plazos,«se irán restaurando y colocando en la iglesia de dos en dos». Es pronto para ofrecer fechas concretas. «Menos de un año», calcula Campuzano, pero nada es seguro.
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