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Hasta ahora no había nada más allá del papel. Ahora tampoco, pero al menos la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ya ha dado una fecha estimada para la adjudicación de las obras de regeneración medioambiental del entorno del río Saja entre Santa Lucía y ... Mazcuerras. Será el próximo mes de junio. Julio como tarde. «Ya hay una empresa propuesta para ser la adjudicataria, cuya documentación ha sido calificada de correcta por los miembros que componen la mesa de contratación», explicaron desde el organismo hidráulico. Después se firmará el contrato y quizá empiecen las obras, aunque a este respecto nadie confirma nada. Prefieren no pillarse los dedos con los tiempos. La actuación de Confederación se enmarca en el Plan de Recuperación Medioambiental del Saja y la defensa frente a las inundaciones, del que se empezó a hablar en 2020, que, además de a la institución que gestiona los cauces, compete a la Consejería de Obras Públicas y a los ayuntamientos de Cabezón de la Sal y Mazcuerras. El objetivo máximo es evitar las dramáticas inundaciones que se producen en estos núcleos rurales cuando el río se desborda y llega hasta la cintura de las casas -en 2019 hubo que evacuar a algunos vecinos en lanchas-. También, de paso, recuperar el entorno del hábitat fluvial, que es la parte del proyecto que le corresponde a la Confederación.
¿Y quién paga? Sobre todo el Estado, que invertirá un total de 6,6 millones de euros. La Consejería acomete cinco actuaciones valoradas en 1.242.000 euros. Las labores del Ejecutivo consisten en construir escolleras para proteger las zonas urbanas y evitar que se produzcan argayos. Obras Públicas fue diligente y empezó en seguida con su parte del proyecto. Para enero de este año, ya había actuado en tres puntos (Ontoria y Santibáñez, en Cabezón de la Sal, y Villanueva de la Peña, en Mazcuerras), pero la presentación de alegaciones por parte de algunos vecinos afectados retrasó las otras dos obras a ejecutar en el pueblo de Cos y en el arroyo de Las Navas. Cuatro meses después, la Consejería continúa estudiando las alegaciones recibidas, según confirmaron a este periódico el jueves. A punto de finalizar la legislatura, el plan deberá ser reanudado una vez se produzca la cita electoral este domingo.
La Confederación apuesta por aprovechar el entorno del río Saja y ofrecer soluciones basadas en la naturaleza. Concretamente, eliminará barreras longitudinales mediante técnicas de bioingeniería; gestionará la vegetación existente con la erradicación de especies invasoras y las plantará autóctonas. Por otro lado, construirá motas alejadas del cauce para delimitar el espacio fluvial e incrementará la laminación en avenidas mediante setos, barreras de retención y zonas de amortiguación. Estas actuaciones contribuirán a la mejora de la calidad de las aguas. También se instalará cartelería temática, incluso se realizarán actividades de voluntariado ambiental y divulgación. Se valora la posibilidad de crear una aplicación interactiva. El proyecto contempla además llegar a un acuerdo de custodia del territorio de este tramo del río entre la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y las personas o entidades públicas y privadas interesadas, como herramienta para la conservación de la naturaleza y para aumentar la función social de la biodiversidad.
Es la información que figura en los documentos sobre el proyecto, que fue planteado tras una protesta multitudinaria a los pies del río Saja, en el pueblo de Villanueva de la Peña. Se produjo el 24 de noviembre de 2019, después de haber vivido tres capítulos sucesivos de inundaciones desde enero de ese mismo año. El objetivo de la manifestación, que reunió a alcaldes de diferente color político en torno a una misma causa, era exigir una solución a la que las adminsitraciones locales no podían llegar por sí mismas, sin la ayuda de los Gobiernos Regional y Nacional. Fue después cuando se anunció el ambicioso proyecto a tres bandas, en el que los ayuntamientos de Mazcuerras y Cabezón de la Sal tan solo han de poner a disposición de la Consejería los terrenos pertinentes.
A las obras que se incluyen en el plan, hay que añadir las pequeñas actuaciones que tanto el Gobierno de Cantabria como la Confederación han llevado a cabo en los cauces cántabros, para tratar de evitar episodios como los vividos aquel invierno de hace cuatro años. En la comarca del Saja no se han vuelto a producir unas inundaciones de tal magnitud. Puede que sea por los trabajos que han realizado. Puede, también, que haya llovido menos. Sea como fuere, aún queda la parte más importante del plan por ejecutar, porque hasta ahora, de la regeneración medioambiental sobre el río Saja entre Santa Lucía y Mazcuerras se ha hablado mucho, pero aún no se ha visto nada.
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