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La geóloga y entendida en tema de morfología fluvial e inundaciones Guillermina Garzón, ha denunciado públicamente las actuaciones que se están llevando a cabo en el río Saja a la altura de Terán, en el municipio de Cabuérniga. Garzón ha estudiado a fondo cómo se ... desarrolló la crecida del río que provocó graves inundaciones en la zona en febrero de 2019. En base a sus conocimientos sobre el funcionamiento del cauce y la información sobre los proyectos que desde Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) pretenden llevar a cabo en los puntos de Renedo y Terán -a los que asegura ha tenido acceso- ha presentado alegaciones junto al colectivo Ecologistas en Acción con el fin de paralizar las obras y replantear la manera de encauzar el río.
La experta sostiene que desde la CHC «tienen la intención de construir escolleras para crear un tramo recto del río y romper su estructura natural, de forma que quede encajado y termine provocando inundaciones aguas abajo». Una práctica que según Garzón, «se viene realizando en el Saja desde hace tiempo, a pesar de que levantar defensas rígidas y privar al cauce de su espacio de movilidad atenta contra la gestión de las áreas inundables, tal y como recoge el Ministerio para la Transición Ecológica», aduce la geóloga. Es más -continúa- «el río tiene un cauce ordinario de aguas bajas, que es estrecho y profundo, pero si se produce una crecida por fuertes lluvias, termina desbordándose y forma una denominada llanura de inundación, un cauce extraordinario que el propio río genera para controlarse a sí mismo, que es necesario conservar para no causar riesgo a la población», advierte Garzón. Sin embargo, el modelo que se está siguiendo en esta zona, argumenta señalando la orilla del río Saja en Terán, «es canalizar el río, hacerlo recto, con un fondo plano desprovisto de pozas, de forma que se le resta conectividad al río y su capacidad de autoajuste».
Según Garzón, el cauce se desbordó en Terán y Renedo porque viene ya canalizado desde el pueblo cabuérnigo de Selores. «Antes tenía sus meandros pero luego colocaron escolleras y por eso baja con tanta velocidad».
Una visión muy diferente ofrece la propia Confederación, desde donde aseguran que el proyecto de restauración en los márgenes del río -que cuenta con un presupuesto de 338.630 euros- «consiste en la reparación de la escollera que existía previamente, estabilizando la margen izquierda afectada por los procesos erosivos». Para ello, argumentan, «se emplean técnicas que implican la colocación de escolleras, con plantaciones de especies arbóreas de ribera entre ellas, así como la bioingeniería en el resto del talud, hasta llegar a la rasante actual de los terrenos colindantes». Una actuación que, defienden, «respeta el entorno y permite, en caso de avenida, proteger los puntos sensibles de erosión y mitigar potenciales afecciones al núcleo de Renedo». En Terán, los trabajos consisten en 'retaluzar' ambas márgenes, «estabilizándolas mediante técnicas mixtas de escollera revegetada y bioingeniería en las zonas superiores de los taludes».
«La recolocación de acarreos sobre los márgenes», explican desde la institución hidráulica, «no supone una construcción de las avenidas ni provoca una disminución del espacio de movilidad del río». Con las obras efectuadas «se ha conservado la posición y trazado de las orillas previas a las inundaciones y no se ha modificado la rasante actual de los terrenos colindantes», insisten. Por lo tanto, concluyen, «no se ha pretendido crear un canal artificial».
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