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Las obras para reponer la cubierta de la ermita del Cintul, en Cos (Mazcuerras), comenzarán en octubre. La actuación, urgente desde hace tiempo, se podrá llevar a cabo gracias a los cuatro mil euros que se han logrado recaudar, «entre la voluntad de unos y ... de otros» y el trabajo del arquitecto Fernando Vega, que ha sido quien más ha luchado por salvar este Bien de Interés Local (BIL), cuya bóveda está a punto de venirse abajo.
La ermita está ubicada en una finca entre los núcleos de Cos y Mazcuerras, pertenece al siglo IVX, cuando se produce la transición del románico al gótico, y es considerada la ermita más importante del románico en la zona Occidental de Cantabria. Pero su valor patrimonial no la ha salvado del desastre. Actualmente, no tiene tejado, el interior es casi diáfano, varias grietas recorren sus paredes y, para más inri, el año pasado fue incluida en la lista roja del patrimonio cultural de la Asociación Hispania Nostra. Esto último al menos sirvió para que el Obispado reaccionara y le cediera la ermita al Ayuntamiento durante siete años mediante la firma de un convenio. A cambio, el Consistorio se comprometió a buscar financiación con el fin de restaurarla.
La meta se ha logrado a medias, porque un año después de esta cesión, sobre el templo, en la práctica, no se ha hecho nada. Sin embargo, sí se ha buscado el dinero y hasta se ha conseguido algo; «cuatro mil euros», asegura el alcalde, Francisco Javier Camino, que es el resultado de muchos pocos. «Por un lado, lo que se ha obtenido de la venta del libro 'Memorias de un maestro de obras'», relata Francisco Vega, autor del mismo. Después cada particular ha puesto lo que ha podido: desde dinero en metálico hasta losas, material de limpieza para arreglar el perímetro y mano de obra gratis. La junta vecinal de Cos ha puesto la madera y la de Mazcuerras, la teja. El Festival de Arte Aselart y la Asociación La Hérmida también han contribuido. «Ha sido un trabajo de todos», explica Vega, principal artífice del proyecto. «Lo más importante es ponerle un techo para que no se caiga». Es por donde empezarán los trabajos el próximo mes de octubre si todo va bien. También sería necesario «reproducir algunos canecillos en el remate de los muros». El techo evitará la filtración del agua y el hundimiento de la bóveda.
«De momento nos conformamos con colocar la cubierta antes de que llegue el invierno». Luego habrá que arreglar el suelo, las paredes, pintar... «pero lo más importante es evitar que este bien no se destruya, ya que es patrimonio de todos», incide el arquitecto. «Ha sido un trabajo colectivo y cada cual ha aportado su granito de arena», insiste. De hecho, en la casa gótica de Mazcuerras, donde este verano se pueden visitar diversas exposiciones con motivo de Aselart, hay dos folios pegados en la pared con mensajes que invitan a contribuir con esta rehabilitación.
«Es muy importante que se restaure, porque hablamos de un patrimonio único en esta zona de Cantabria y eso ya es motivo suficiente», justifica el regidor. Al Ayuntamiento le quedan seis años -la cesión se produjo el año pasado- para lograr su objetivo de salvar el patrimonio cultural de Mazcuerras. «Me comprometo a comenzar las obras en el mes de octubre», aseguró el alcalde esta semana. A ver si esta vez se cumplen los plazos.
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