Daniel Medina mantiene su idilio con el público cántabro

Siete orejas, un rabo y una gran faena. Ese fue el balance de la novillada benéfica celebrada este domingo en Rozadío en la que Daniel Medina se encerró en solitario con seis reses y en la que mantuvo su idilio triunfal con Cantabria.

La tarde se abrió en el paseillo con los sones de 'Viento del Norte', con la plaza cubierta en tres de sus cuartas partes y con Adriana, la protagonista del festejo, ubicada debajo del palco. Una novillada benéfica destinada a recaudar fondos para MPS Lisosomales y las enfermedades raras infantiles.

Llegados al ecuador del festejo, la tarde tenía poco destacable. Medina llevaba tres orejas, una de ellas del primero, con el hierro de Ana Romero, y dos del tercero, un animal de Hermanos García Jiménez a punto de cumplir cuatro años y que tenía hechuras de toro. El pucelano recibió su pujanza por verónicas y, después de que el banderillero Fernando Pérez se llevase un susto, el novillero destacó por el pitón derecho, aunque sin explotar del todo las virtudes del novillo. Tras una estocada fallida, un pinchazo y un estoconazo fulminante, paseó dos apéndices.

Antes, con el de Bohórquez, otro animal con hechuras de toro, el diestro tampoco acabó de redondear la faena. El burel llegó crudo a la muleta y Medina, sin problemas a nivel técnico, no llegó a apostar a grande. Detalles de lo que llevan dentro sí, pero sin rematar ante ningún oponente.

Para colmo de males, el cuarto de la tarde, de El Pilar, se lesionó una mano y el novillero sólo pudo entrar a matar sin lucirse. Como no hay quinto malo, el de Fuente Ymbro fue el animal que más claro llegó a la faena de muleta, especialmente por el pitón derecho. La faena alzó el vuelo con dos series por el derecho, pero al coger Medina la tela con la zocata el novillo protestó, lo que enfrió un trasteo que acabó con una estocada, un golpe de verduguillo, dos orejas para el diestro y ovación para la res. Y, sobre todo, termino con Medina dando la vuelta al ruedo con Adriana bajo la atronadora ovación de los aficionados presentes.

El epílogo llegó con otro novillo de El Pilar, después de que el de Algarra no pudiese lidiarse tras un accidentado enchiqueramiento, un animal que se movió sin celo y con el que Medina dibujó los mejores naturales del festejo. Reposado y bajo los sones de Nerva, la calidad del de Laguna de Duero asomó en una faena que alcanzó cotas incluso mayores al torear con la diestra sin ayuda. Irregular con la espada toda la tarde, un pinchazo no empañó una obra a la altura del acontecimiento. Al final, dos orejas y rabo y vuelta al ruedo al novillo, 'Dudoso' de nombre que, curiosamente, fue peor que el anterior y se llevó el premio al conjunto de la tarde.

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