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La casona solariega de Comillas conocida como El Casal del Castro está rodeada de andamios, pero, en contra de lo que se pueda pensar, no se va a efectuar la esperada obra que el Ayuntamiento lleva años anunciando y que consistiría en construir viviendas y aparcamientos. Lo que sucede es que el edificio del histórico hotel, sin actividad desde 2007, está tan abandonado que empieza a caerse. «Se ha precintado la zona y se ha colocado una malla de seguridad, porque había peligro de que alguno de los elementos se desprendiese sobre la vía pública», explicó la alcaldesa, Teresa Noceda. La misma que hace diez años hablaba de rehabilitar el hotel, que pertenece a una promotora asociada al Banco Santander. El Consistorio proyectaba llegar a un acuerdo con la propiedad para aprovechar el potencial de un complejo, que incluye una generosa finca y hasta una capilla, ubicado en pleno casco histórico. La idea era construir dos aparcamientos, uno en altura de uso público y otro subterráneo -este último fue retirado de la propuesta hace un año- para los residentes en las viviendas que se ejecutarían en el actual inmueble. El proyecto contemplaba además demoler el hostal paraíso, que comunica el solar con la plaza del Corro Campíos.
El equipo de gobierno aprobó en su momento una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico para contemplar el cambio en la planificación del Casal del Castro. A pesar de los trámites, sobre el terreno no se ha movido ni una piedra, o sí, pero como consecuencia del viento y la gravedad, no para derruir un edificio que acusa inevitablemente el paso del tiempo. A este respecto, la regidora regionalista respondió esta semana que «el proyecto está pendiente de los informes pertinentes de la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu)». Pero lo cierto es que el plan se está eternizando.
Si la actuación se realizase, la villa modernista dispondría de más de medio centenar de plazas de aparcamiento en el centro de la localidad. Supondría un respiro para un municipio donde el tráfico en época estival puede resultar caótico. Además, se trata de una zona con un alto valor histórico, que tuvo su esplendor en los años 80 con la celebración de eventos. El edificio está situado en la zona alta de la villa y su decadencia se aprecia a simple vista. «Estamos retirando todo lo que se pueda caer», confirmó la alcaldesa. De momento, continúa sin haber novedades acerca del futuro, todavía muy incierto, del Casal del Castro de Comillas.
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