Dos hombres resultan heridos al estrellarse su helicóptero en Cóbreces

Las personas que se encontraban en el helipuerto, muy próximo al lugar del accidente por lo que pudieron ver y oír el impacto, fueron las primeras en acudir y en atender a los accidentados. Además se encargaron de avisar al Centro de Atención a Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria, que movilizó a los bomberos del propio 112 del parque de Valdáliga y a los de Torrelavega, al 061 y, también, a la Guardia Civil.

Los dos pasajeros del helicóptero, un CH77 Ranabot biplaza que estaba siendo probado después de haber efectuado en él algunas reparaciones, fueron evacuados al Hospital Valdecilla de Santander. Uno de ellos salió de la aeronave por su propio pie y el otro requirió asistencia en el lugar del accidente. Los servicios de emergencia le desplazaron a un sitio seguro para realizarle la primera atención en la zona, tras la cual se decidió que, junto a su acompañante, fuera trasladado al centro hospitalario de la capital, donde ambos fueron atendidos por los servicios médicos y se les sometió a diferentes pruebas para determinar su estado de salud tras el impacto. Los dos ingresaron conscientes en Valdecilla.

Tras el accidente y después de que el área fuera acordonada, los agentes de la Guardia Civil realizaron una primera inspección ocular de la zona, que se completará con una investigación posterior que permita determinar las causas del siniestro.

Gómez Casares, propietario del helipuerto existente en la misma localidad de Cóbreces, es un hombre muy conocido en la zona y un experto mecánico de este tipo de aeronaves que ya se vio involucrado el 25 de julio de 2005 en otro accidente similar ocurrido también en este pueblo de Alfoz de Lloredo.

En aquella ocasión, el siniestro se saldó con una víctima mortal, Javier Díaz Díaz, hermano del empresario Santiago Díaz y propietario del helicóptero accidentado, que según algunos de los testigos presenciales de la colisión pudo tener algunos problemas en el rotor trasero. Aquella caída también se produjo en las inmediaciones del helipuerto propiedad de Gómez Casares, que está situado en una zona de fincas entre Cóbreces y Toñanes, en las proximidades del conocido acantilado de El Bolao.