Ingresado en la UCI un menor de 16 años al caer de una carroza en Ruiloba tras el desfile del Mozucu

El suceso ocurrió sobre las once de la noche en el camino desde La Hayuela (Udías) hasta Ruiloba, a la altura de Canales, cuando el dueño del tractor que arrastraba la carroza, Antonio Cuevas, se dirigía a su casa sin tener conocimiento de que llevara a nadie más, aparte de la persona con la que compartía cabina. Ajeno a lo que acababa de ocurrir, fue su hermano, que vive en la casa contigua a la suya, quien le avisó sobre la medianoche de que debía salir porque estaba preguntando por él la Guardia Civil: «'Levántate, que se te han caído de la carroza dos chavales', me dijo. Yo ya me había acostado; llegué a casa, me duché, piqué algo para cenar y me metí en la cama, y al rato, vino todo el lío», explica en declaraciones a este periódico, visiblemente preocupado por el estado de salud de los dos menores accidentados.

A continuación, acompañado por los agentes, acudió hasta el lugar de los hechos, donde se le realizó un control de alcoholemia que dio negativo. Y en ese lapso de tiempo, se fue enterando de lo ocurrido. «Sé que se han enganchado atrás porque me lo han dicho después, que me han visto pasar por Canales con ellos enganchados», declara.

A partir de ahí, todo son conjeturas. «¿Se han soltado? ¿Se han caído? No lo sé, no tengo ni idea», dice. Y explica que tras acabar el desfile, en la Hayuela, subió con una amiga a la carroza y comprobó que estaban solos. Y en todo el trayecto de retirada no se percató de que hubiera nadie más. «Además, con la pancarta que llevaba no se veía bien lo de detrás», indica. Se recogía en ella una frase que hacía alusión al rally Alfoz de Lloredo-Cartes celebrado el pasado fin de semana en el que colaboró el Ayuntamiento de Ruiloba. La cartelería de aquella prueba se había aprovechado para vestir la carroza con esta temática.

El caso es que en el recorrido de vuelta a casa tras el desfile se produjo la fatal caída de los dos adolescentes. «Cuando yo llegué, ya había tres o cuatro coches parados», recuerda el camarero de la cafetería La Retama, de Cabrojo, Fernando Rodríguez, que se dirigía a su casa después de la jornada laboral. Al principio, pensó que se trataba de un accidente de circulación. Se bajó y una chica que salió de otro vehículo le explicó lo que había pasado:«Que se habían caído dos chicos no sabía muy bien cómo». A los dos minutos, llegó la ambulancia. Poco a poco, la cola de turismos se fue haciendo más larga. El tráfico en dirección a Comillas estuvo cortado durante aproximadamente una hora.

El alcalde de Ruiloba, Julio Pinna, se enteró de lo ocurrido en el momento, cuando ya estaba prácticamente celebrando lo bien que se había desarrollado la jornada. Esa noche no pudo pegar ojo. Se encontraba en la verbena del barrio de La Iglesia, de Ruiloba, cuando recibió la llamada. Salió para allá y permaneció en el lugar de los hechos hasta que las ambulancias se llevaron a los menores heridos. Este domingo, el regidor se puso en contacto con todas las partes, especialmente para mostrar su pesar y mandar ánimo a las familias de los chicos y mostrar su apoyo. Y, tras conocer el parte médico detallado, deseó que puedan recuperarse lo antes posible y que lo sucedido quede en este gran susto. «Con la esperanza de que todo vaya mejorando».

Al alcalde de Udías, Fernando Fernández, el suceso le removió especialmente, pues le ha hecho recordar otro que sufrió en sus propias carnes, que le hizo permanecer en la UCI durante dos meses. Así, lamentó lo sucedido y verbalizó su esperanza de que al igual que le ocurrió a él, «el chico se vaya recuperando».