Ecologistas en Acción demanda a San Vicente por «inacción» urbanística

En un escrito remitido al Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera en marzo de 2021, EA denunció ante el Consistorio una serie de obras, usos y actividades realizadas en suelo rústico, parte de especial protección, y alertó de que la construcción del citado complejo afectaba al medio ambiente. Se trata, según enumeran en la demanda a la que ha tenido acceso El Diario Montañés, de la edificación de «varios inmuebles, pistas de tenis, piscinas, estanques y un campo de golf» y la construcción de «varios lagos artificiales mediante perforación de subsuelo, obteniendo agua sin permiso alguno» o haciendo «un uso abusivo» de la misma.

En ese escrito de hace más de un año instaban al Consistorio barquereño a abrir un expediente de disciplina urbanística y a paralizar las obras que se estaban llevando a cabo «sin licencia». También pedían que se decretase la «clausura inmediata» de la actividad «al no tener permiso» ni autorización ambiental. Además, exigían sanciones al promotor, Enrique Corsini, y que considerase a la asociación ecologista como parte interesada.

A esta petición, la respuesta de la Alcaldía fue denegar la condición de parte interesada al colectivo y desestimar «por silencio administrativo» el resto de reclamaciones. Es por ello, que los ecologistas dieron el paso de establecer un recurso contencioso administrativo en el que relatan que, a pesar de haber denuncias sobre la construcción sin licencias, incluidas las quejas de la Junta Vecinal por usurpar un camino público, la actuación administrativa ha sido «errática» y, de esa forma el «promotor» del Shangri-la ha podido continuar con las obras.

Según fuentes vecinales de Gandarilla consultadas, es 'vox pópuli' en la zona que el propietario de las cuatro parcelas (vinculado a un histórico grupo hostelero local) lleva años haciendo obras en las mismas -sin permiso la mayor parte- y que continúa haciéndolas a día de hoy.

El campo de golf se encuentra en un lugar apartado y desde fuera es complicado ver lo que se ha hecho dentro, pero nadie (ni la parte demandada, ni la propiedad, que lo exhibe en su página web) niega lo construido a lo largo de estos últimos años. Lo que sí rechazó el alcalde este viernes es la acusación de «pasividad» de los ecologistas. Al respecto, Luguera afirmó que no ha habido «ninguna inacción» y que para demostrarlo basta con echar un vistazo «a los 26 expedientes de restablecimiento de la legalidad urbanística» que se le han abierto al promotor y propietario de las instalaciones. Pese a ello, desde el Ayuntamiento explicaron que el dueño había solicitado la legalización a la Crotu y el Consistorio está ahora «pendiente» de la resolución de este organismo. Señalaron, además, que los responsables de la instalación recurren también muchos de estos actos y eso hace que los procesos «se dilaten en el tiempo». A la par, aclararon que la citación del lunes corresponde solo a las testificales previas y no es «el juicio». Además, adelantaron que, en la demanda al contencioso administrativo, los ecologistas habían solicitado medidas cautelares para impedir «que se siga transformando el terreno de protección especial agropecuaria» y estas se habían denegado, aunque están recurridas.

Respecto a los expedientes abiertos por el Ayuntamiento, desde EA se valora en la demanda interpuesta que no hacían más que demostrar la «pasividad» municipal al problema, dado que a pesar de haberse abierto un total de 26, el complejo seguía funcionando con «total normalidad», celebrando incluso «torneos de golf» y publicitándose como campo exclusivo para los clientes del grupo hotelero.

Por su parte, el propietario del complejo, Enrique Corsini, también negó este viernes esa inacción municipal aludiendo a ese volumen importante de expedientes con sanciones que ha sufrido y ha ido recurriendo con alegaciones, además de paralizarle recientemente un «importante torneo de bolos, cuando eso no es ninguna actividad», incidió. En su opinión, la misma ley del suelo le permite, según el artículo 271 y siguientes, que de no haber obtenido licencia municipal «se puede -regularizar- si las construcciones son legalizables», a lo que añadió que en este caso sí lo son, porque existe un informe «favorable» remitido a la Crotu a instancias del propio Ayuntamiento y que realizó un técnico externo (especificó que era de la misma Crotu), ya que no disponían en ese momento de arquitecto municipal. Asegura que, desde el año 2012, lleva pidiendo «hasta 14» licencias y que muchas se le desestimaban en el Consistorio «por razones peregrinas», pero confía en que pronto se pronuncie la Crotu.

Corsini, que se mostró tranquilo ante el veredicto futuro del alto órgano urbanístico, aludió a determinados «intereses» que estaban tratando de perjudicar su proyecto. Apuntó a tres frentes: uno, el de los políticos «por motivos electorales»; otro, el de un grupo de «ganaderos» de Gandarilla molestos por el «desarrollo» a la zona despoblada que podrá traer la actividad; y, un último clavo para apuntalarle, que es el de la competencia. Es decir, «otro campo de golf», citó.