Una empresa australiana encuentra zinc en la mina de Udías y la reabrirá en 2027

Los primeros «pinchazos» en el terreno arrojaron datos de concentración de mineral inferiores a lo pensado, Emerita Resources fue apartada por no cumplir las exigencias del Gobierno y, tras el chasco inicial, otras compañías continuaron sus campañas de investigación con menos ruido y mucha más discreción. De hecho, en 2022 la Consejería de Industria concedió prórrogas a varios de aquellos proyectos avisando de que las expectativas de encontrar zinc en la franja que va desde Torrelavega hasta Comillas seguían «intactas», pero para entonces ya se había extendido una sensación general de incredulidad entre la ciudadanía.

Y así estaba el asunto hasta que ayer la australiana Variscan Mines dio a conocer un informe que abre la puerta a que Cantabria vuelva a convertirse en exportador de metales tras décadas sin una sola mina en funcionamiento –sí existen canteras y explotaciones de otro tipo– al descubrir importantes cantidades de zinc y plomo entre Udías y Alfoz de Lloredo. Eso sí, este proyecto tiene poco que ver con el que anunció el bipartito hace ocho años. La principal diferencia es que ahora no se trabaja sobre permisos de investigación. Aunque Variscan Mines también optó y logró algunas de estas licencias en el pasado –de hecho, continúa haciendo prospecciones–, donde pone ahora el foco es en la recuperación de la antigua mina San José, con bocas en Udías y Novales.

Lo que hizo la compañía fue comprar la explotación –y la licencia de explotación, ya no de investigación, como ocurre con los otros permisos– a su anterior propietario, que cesó su actividad hace décadas, y desarrolló nuevos estudios para comprobar la viabilidad técnica y económica para su recuperación. Los resultados han sido mucho mejores que los esperados. En el escenario más conservador, la mina alberga medio millón de toneladas de mineral con una concentración y calidad similar a la que existían en la antigua mina de Reocín, ya que las características geológicas del suelo son muy parecidas.

Esas cifran permitirían explotar la mina durante diez años con una extracción media de 50.000 toneladas al año. Eso en el escenario menos optimista porque la compañía, a tenor de los sondeos y pruebas realizadas –aquí no son catas en el terreno como las de investigación, sino dentro de la mina–, estima que la cantidad de mineral estará más cerca de los 3,4 millones de toneladas. Las cifras son muy importantes, pero también mucho más realistas que las del proyecto fallido de la mina del Besaya. En San José, Variscan contempla la creación de 25 puestos de trabajo. «Esto no va a ser un nuevo Reocín –allí se extrajeron 62 millones de toneladas hasta su cierre– ni va a cambiar la economía de Cantabria, pero va a ser un buen negocio», explica su representante legal en España.

¿Qué dicen exactamente los análisis?La empresa habla de resultados «excepcionales». No solo ha aparecido en una de las catas la mayor concentración de zinc (17,4%) y plomo (4,4%) que esta compañía haya localizado nunca, sino que otras cuatro catas se encuentran entre las 20 con índices más elevados de su historia. No solo hay cantidades y concentraciones suficientes para que la explotación sea rentable, sino que se encuentran en lugares relativamente accesibles. Esa prospección que demuestra el «gran potencial»de la mina se hizo a solo 15 metros de profundidad, algo que abarata los precios de producción. De hecho, hay zonas en las que el mineral se aprecia a simple vista. También estaba cuando los anteriores propietarios de San José decidieron cesar su actividad, pero entonces no existían las técnicas de extracción actuales, que hacen que sea rentable.

«Esto es muy emocionante», celebraba ayer Stewart Dickson, máximo responsable de la compañía, al dar a conocer los resultados y tras una reciente reunión con la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y el consejero de Industria, Eduardo Arasti, a los que les ha agradecido el respaldo en la tramitación de los permisos.

En mina San José están trabajando ya tres operarios en el acondicionamiento de los accesos –el de Novales está prácticamente acabado y se seguirá por el de Udías–, y en otras actuaciones complementarias contempladas en el permiso de explotación vigente, todas ellas encaminadas a reiniciar la actividad. También dos geólogos que continúan los análisis y en busca de las mejores bolsas de mineral. Lo que aún está en fase de tramitación de permisos es otra parte fundamental:la planta en la que se tratará la piedra dolomítica mediante una técnica de concentración por flotación para separar el mineral del deshecho. La empresa espera que esté lista en dos años, de ahí que señale 2027 como fecha de inicio de la comercialización del mineral.

En paralelo, continúan las catas desde tierra en las áreas con permisos de investigación, que están en los alrededores de la mina de Udías. En estos lugares, la empresa aún no tiene resultados.