La empresa de biogás de Cabezón defiende la bonanza del proyecto y dice que no habrá malos olores

La empresa Biogenera, promotora del proyecto de la planta de biogás en Cabezón de la Sal, ha mostrado su sorpresa por el rechazo que ha generado su iniciativa, que según señalan «es aplaudida en diferentes foros como ejemplo de iniciativa por el cambio climático y alineada con las directrices europeas y nacionales para la reducción de la huella de carbono, el aprovechamiento de residuos que están causando daños en el medio ambiente, para convertirlos en un combustible verde como el biometano y además obtener fertilizantes orgánicos en sustitución de los químicos actuales».

Aseguran que dicho proyecto ayuda al cumplimiento de las directrices y previsiones del Plan de Sostenibilidad Energética y del Plan de Residuos de Cantabria que, según indican, «aboga por estas soluciones para la obtención de energía verde y por el tratamiento de los residuos, que de otra manera seguirán contaminando suelos, ríos y acuíferos».

Por otra parte, manifiestan que nos les extraña ese rechazo por la información que se ha propagado, que califican de «totalmente falsa e interesadamente tergiversada, como las dimensiones de la planta, que se han multiplicado por diez, y al incidir en la propagación de olores, cuando estamos seguros de que, con la tecnología de esta planta, la sistemática de operación y el tipo de residuo no peligroso, básicamente lodos de depuradora y en menor proporción purines, no se producirán emisiones con olor», recalcan, afirmando también que cuentan con la autorización de instalación y operación de gestor de residuos vigente y el informe de impacto ambiental favorable.

Según señalan desde Biogenera, el proyecto de biogás de Cabezón de la Sal consiste en tratar residuos orgánicos no peligrosos mediante digestión anaerobia para convertirlos en biometano y en biofertilizantes, «ambos productos muy necesarios en el contexto actual, con lo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, que de otra manera producen los residuos sin tratar, así como por la sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles». Según aclara la empresa, los tratamientos de digestión anaerobia se usan típicamente para eliminar o rebajar olores.

Por otra parte, reconocen que la ubicación del proyecto inicial estaba situada unos 120 metros más al norte que la actual, pero indican que estudios posteriores determinaron la idoneidad ambiental en el nuevo emplazamiento. Han obtenido de nuevo el informe favorable de órgano ambiental y una nueva autorización para la instalación y operación de la planta, proceso que, según indican, «se ha aprovechado para incorporar al proyecto las Mejores Tecnologías Disponibles recomendadas por la Unión Europea, mejorando aún más el proyecto original aprobado en 2018 con lo que se convierte la planta en un reflejo de nueva tecnología más eficiente energética y ambientalmente».

Finamente, los promotores de la empresa han valorado muy positivamente la reunión mantenida el pasado lunes con la plataforma Cabezón por el Clima, señalando que «estamos muy agradecidos por brindarnos la oportunidad de informar de primera mano sobre el proyecto, dando a conocer los beneficios ambientales del proyecto y sobe todo de recibir y recoger sus aportaciones, fruto de la preocupación, que pese a entender que no están justificada, incorporaremos al proyecto medidas adicionales para mejorarlo aún más y con su ayuda este proyecto de puntuación 9 queremos que sea de 10».

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