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Un hombre con la cara cubierta y con un arma blanca ha atracado esta mañana la sucursal de Liberbank de Santillana del Mar, una entidad situada en una estrecha callejuela del casco histórico que no ha impedido que el autor cometiera el hecho y se fugara después.
La Guardia Civil de Cantabria ha confirmado que el equipo de Policía Judicial está investigando la autoría de este atraco a mano armada ocurrido sobre las 09.50 horas, que nadie ha resultado herido y que se han establecido controles en la villa para tratar de atrapar al ladrón, sin éxito de momento.
En el Ayuntamiento de Santillana del Mar han señalado que ese atracador huyó con un exiguo botín, «con unos 50 euros». No está confirmada la cantidad exacta, pero otras fuentes cercanas al banco señalan que el hombre del cuchillo apenas se llevó «unas monedillas».
Al parecer, no había ningún cliente en la entidad bancaria cuando el atracador entró «muy nervioso», esgrimiendo el cuchillo ante el director y el empleado de Liberbank que en esos momentos estaban dentro. Y cuentan que dijo: «dame lo que tengas o lo que puedas». Entonces, el trabajador abrió el cajón, cogió las monedas que había, se las entregó y el atracador se marchó muy rápido y tan nervioso como entró. «Casi pidiendo perdón».
La Policía ha buscado testigos entre comerciantes y viandantes, a los que ha mostrado una imagen captada por las cámaras de seguridad de Liberbank, en las que se ve a un individuo con pantalón vaquero, con una sudadera negra con un dibujo en el pecho y la capucha puesta hacia delante tapándole el rostro. «Han cacheado a un vecino que iba vestido de manera parecida», cuenta Aurora, la dueña de la confitería Las Quintas, que justo iba al banco en el momento en el que los agentes estaban dentro, después del atraco.
«Me mostraron la foto y me preguntaron si lo había visto, pero no, a esas horas la calle estaba vacía y la mayoría de las tiendas, cerradas. No lo reconocí. Y siguen buscándolo», ha contado a este periódico. «No se sabe quién es, solo que llevaba una navaja de esas automáticas y que se ha marchado. Vi en la foto que era muy blanco y que se tapaba con la capucha como para que no lo reconocieran», ha añadido esta mujer, con cierto temor ante lo que había ocurrido a escasos metros de su local, «viendo lo que ha pasado no dejaré un duro en la caja. Porque podía haber entrado aquí, lo he pensado. De la que sale del banco, yo que ya tenía la tienda abierta, me entra y me dice también 'dame lo que tengas'. ¿Y qué haces? Aquí no suele ocurrir nada de esto, pero es que hay gente que está muy desesperada». Dicen en Santillana que a esta calle llegaron «cuatro ó cinco patrullas, guardias civles, secretas y de todo, para ver si lo encontraban por ahí», pero que enseguida la localidad recuperó la normalidad.
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