Secciones
Servicios
Destacamos
VICENTE CORTABITARTE
Sábado, 25 de julio 2020, 15:18
La fuerza del mar Cantábrico logró, a lo largo del tiempo, romper la impresionante barrera rocosa que forman los acantilados de San Vicente de la Barquera para esculpir una pequeña ensenada en la que se encuentra la playa de Fuentes. El arenal es un capricho ... de la naturaleza que, hasta hace poco tiempo, permanecía escondido para la mayor parte de los turistas que, en temporada estival, se instalan en el litoral cántabro y que, en el caso de San Vicente, prefieren inclinarse por playas como las archiconocidas de Merón u Oyambre.
Ahora ya no es igual. El boca a boca, las redes sociales o las muchas páginas que se pueden encontrar en internet para descubrir lugares remotos con especial encanto la ha sacado a la luz del anonimato foráneo que permitía a los lugareños disfrutar de sus atractivos, especialmente de su tranquilidad.
De ello precisamente se queja el joven barquereño Germán Maestro que, en verano, cambia la playa de Merón en la que surfea en invierno, para poder disfrutar junto a su perro del estado salvaje de Fuentes y el no tener ningún tipo de limitaciones.
Por sus características, aún no es, ni posiblemente nunca lo será, una playa masificada, pero en algunos fines de semana soleados de agosto puede llegar a ser complicado encontrar un hueco, de los pocos disponibles, para poder aparcar. Fuera de esos días señalados, en Fuentes se puede seguir disfrutando de una playa totalmente natural, sin ningún tipo de servicio, que con la pleamar esconde su fina y dorada arena pero que, a medida que la mar se retira, te permite descubrir en sus paredes rocosas recónditos espacios donde el visitante puede sentirse como único ocupante.
Para acceder a la playa hay que llegar al alto del pueblo de Santillán y desde allí coger una estrecha carretera local para ir descendiendo a lo largo de unos dos kilómetros hasta acceder a este pequeño paraíso.
Otros lo hacen a pie por la ruta de Los Acantilados. La misma parte desde el Faro Punta de la Silla de San Vicente. Se trata de uno de los espacios mejor conservados y de mayor valor ambiental del Parque Natural de Oyambre, que permite disfrutar, a lo largo de unos tres kilómetros de senda, de todas las formas imaginables que puede tener las rocas esculpidas por el mar, con la cueva que, según la leyenda, fue morada del Cúlebre, el temible dragón de la mitología cántabra al que había que complacer con doncellas de la localidad.
Noemi Campo, coordinadora de las guías del Parque Natural de Oyambre, tiene en esta ruta su trayecto preferido entre los muchos que por toda la comarca ofrecen a los visitantes que, sin excepción, muestran su satisfacción cuando la realizan. «Todo el recorrido es de una belleza singular que sorprende a los visitantes, pero el culmen de todo ello es cuando llegamos a la playa de Fuentes. Cuando aparece la ensenada desde lo alto del acantilado muchos se quedan sin palabras», señala Noemi, que también es una enamorada de esta playa.
Pero una de las mayores sorpresas que se llevan los visitantes es cuando Noemi les cuenta que hace ya más de cuatro décadas existía un proyecto para construir junto a ella una de las centrales nucleares con más potencia del país. Y a todos les resulta inexplicable que precisamente se hubiese elegido un lugar que destaca por su excepcional valor paisajístico y natural para crear lo que hubiese supuesto la muerte de todo lo que hoy está dando vida a toda la comarca.
De aquel proyecto aún permanece la herida que se abrió en el entorno de la playa con una gran zanja circular que mantiene vivo el recuerdo de aquella pesadilla que se vivió en la década de los 70 en San Vicente de la Barquera y que culminó con una gran manifestación que llevó a miles de personas en el mes de agosto del año 1977 hasta la misma playa. Afortunadamente todo eso se produjo en los primeros años de la democracia lo que provocó una respuesta popular que llevó a declarar una moratoria nuclear en todo el país y el carpetazo a ese proyecto.
Por ello, la playa de Fuentes es todavía hoy conocida para los barquereños que vivieron aquel periodo como la playa de La Nuclear, apodo que afortunadamente poco a poco ya se va olvidando.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.