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Los fantasmas del Capricho
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La dirección del museo ofrece una visita teatralizada en la que intervienen los personajes de Gaudí y el indiano Díaz de QuijanoSecciones
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La dirección del museo ofrece una visita teatralizada en la que intervienen los personajes de Gaudí y el indiano Díaz de QuijanoEl Capricho de Gaudí es una obra de arte en la que cada detalle ha sido colocado con una milimétrica intencionalidad. Es una melodía. Un ... instrumento de formas musicales. Un cuadro de pinceladas calculadas. El exquisito edificio que diseñó el joven Gaudí para el indiano Máximo Díaz de Quijano a mediados de 1880 en Comillas es un caramelo para los turistas en el verano de la villa modernista. Los visitantes son tantos que apenas caben en las salas del monumento mientras atienden las explicaciones del guía. Además, la dirección del museo celebra estos días la semana 'Vive las artes', y ayer sábado y hoy domingo (a las 19.30 y 21.30 horas), ofrece visitas teatralizadas en las que participan dos divertidos personajes, Máximo Díaz de Quijano y el joven Gaudí. Sus intervenciones amenizan la explicación sobre el Capricho y divierten especialmente a los más pequeños.
«Comienza la visita en Villa Quijano», dice un personaje con barba blanca, traje beige y estilo recto, que es el indiano para el que Gaudí diseñó este palacete. Quijano está en la parte alta del edificio, desde donde mantiene una conversación efusiva con el joven Gaudí, representado como un personaje con perilla cuidada, más bajo que el primero y traje oscuro. «Capricho», dice el primero que se llama el palacete modernista. «Villa Quijano», le reta el segundo. Los visitantes se ríen con la diatriba. La voz de Gaudí es ronca y singular. La de Quijano pomposa. El «girasol arquitectónico» es el centro de las miradas. El guía le pide a Gaudí, que supuestamente es un fantasma, que le deje explicar la visita. «Vale, voy a echar un vistazo a las obras de la Sagrada Familia, que no me hacen ni caso», bromea el arquitecto modernista. De nuevo el público rompe a reír. La primera parada dentro del edificio es el dormitorio de Quijano. Más de sesenta personas y un calor sofocante, pero los personajes siguen captando la atención. «Esta es mi habitación», dice el indiano. «No, la mía», le rebate Gaudí. El guía pone orden. «Me dejan explicarme ¿por favor?» y la gente escucha atenta.
Las puertas han sido construidas con madera de Cuba, el techo es artesonado de madera y tiene piezas de hierro formadas por cuatro bolas que simbolizan los dientes de león. Un total de 88 piezas (el mismo número de teclas que tiene un piano). La oda a la naturaleza y la música es constante en el trabajo de Gaudí, que empleó los dos elementos que más le gustaban a Quijano. Después pasan al salón de fiestas. El guía sube y baja las ventanas y suena una partitura de piano compuesta por Quijano. «Es el único edificio de Gaudí que tiene esta característica». El edificio que construyó Gaudí cuando aún era un joven arquitecto de 31 años suena en todas las esquinas. Y no solamente porque es en sí una especie de instrumento de música, sino porque la dirección organizó también para este fin de semana las 'Noches del Capricho'. Así, el viernes actuó en la terraza del invernadero el grupo cántabro 'Lagarto López' y este sábado, le tocó el turno al artista Pablo Solo. «Se trata de gente no muy conocida en Cantabria», explicó el director del Capricho, Carlos Mirapeix, que ha tenido la idea de traer música a este espacio tan especial. Además, ha puesto a la venta cerveza cántabra. Nuevas iniciativas a capricho que hacen de este lugar algo aún más especial.
Los lectores de la revista Architectural Digest (AD) han elegido la Casa Batlló, de Antoni Gaudí y situada en Barcelona, como el mejor edificio modernista de toda España, mientras que a continuación han seleccionado El Capricho, proyectado por este mismo arquitecto, que se encuentra en Comillas.
Con el 21,24 % de los votos, la Casa Batlló ha quedado en primera posición entre los ocho edificios modernistas propuestos por la revista.
Tras la Casa Batlló y con el 19,22 % de los votos, se ha situado El Capricho, ubicada en Comillas (Cantabria), un edificio proyectado por Gaudí y construido por el ayudante del arquitecto Cristóbal Cascante.
En tercer lugar figura Casa Lis, obra de Joaquín de Vargas y Aguirre ubicada en Salamanca, que ha recabado el 18,5 % de los votos.
Cierran el ranking el Palacio de Longoria, en Madrid, con un 11,74 % de los votos; el Mercado Central de Valencia (11,09 %); la Casa del Príncipe en Valladolid (7,63 %); el Casino Mercantil de Zaragoza (6,12 %) y el edificio Telegrama del Rif en Melilla (4,46 %).
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