La fiesta popular que recuerda la lucha vecinal por salvar el puente de Sel del Rey

El 2021 fue un año movido para los vecinos de Serdio. La intención del Administrador Ferroviario de tirar el viejo puente que unía dos grupos de viviendas y granjas -a uno y otro lado de las vías- les sirvió como lección de vida en aquello de que unidos las cosas salen, si la reivindicación es justa, y esta lo fue. En aquellas fechas, los habitantes de los dos lados del viejo viaducto se opusieron frontalmente a su derribo, mientras que no se construyese otro paso, ya que no había alternativa, ni contaban con un compromiso claro por parte del Gobierno regional ni de ninguna otra administración de que la estructura fuera restituida a la mayor brevedad tras su demolición. Tenían además un antecedente claro, ya que a pocos kilómetros, en Los Tánagos, se derribo otra infraestructura similar que nunca fue repuesta por Adif.

Ampliar

Esa lucha vecinal, tuvo dos caras, la más positiva fue la del 'todos a una', aunque las tensiones de la protesta llegaron a puntos delicados -como el episodio de la embestida a los coches patrulla de la Guardia Civil para abrir el paso por un vecino- que prefieren ya olvidar, quedándose con lo positivo, como la fiesta que, cada año, -desde hace ya tres- rememora su lucha por una reivindicación justa. Y es que ahora pueden presumir de puente nuevo, pues primero contaban con otro que presentaba un avanzado estado de deterioro y no era seguro. Por esto, venían demandando desde hacía tiempo que se reparara.

Este domingo todo eran alegrías ya y los vecinos explicaban que, ahora, son numerosos los vehículos que hacen uso actualmente de este paso que les une y les acorta distancias entre unos y otros. Un tránsito que se espera que aumente de cara al comienzo del funcionamiento de las empresas en el nuevo polígono industrial ubicado en terrenos de Prellezo, aunque prácticamente considerado de Los Tánagos.

En la fiesta celebrada se reivindicaban todos estos hechos para que no caigan nunca en el olvido. Y es que las movilizaciones hicieron posible que se consiguiese un compromiso firme por parte del Gobierno de Cantabria de que el paso sería restituido a la mayor brevedad. Hubo momentos duros como la demolición del viejo puente el 13 de septiembre de 2021, ya que los habitantes tuvieron que esperar hasta el 11 de abril de ese mismo año para estrenar el nuevo paso. Mientras tanto, el Gobierno regional, que había cogido las riendas de los trabajos, dotó a la zona de una pasarela peatonal alternativa. El acuerdo al que se llegó para solucionar el problema y hacer un puente nuevo fue pagar a medias. Así, el Ejecutivo cántabro asumió el 30 % del coste de la obra, mientras que Adif se hizo cargo del 50% y el Ayuntamiento de Val de San Vicente de la inversión restante.

Aquel día, el de la inauguración del nuevo viaducto, los vecinos vivieron la primera jornada de celebración después de tantos momentos amargos.