El incendio forestal de Udías alcanza una cuadra en el barrio La Virgen: «Justo acababa de marcharme»

Con gran impotencia, María Dolores Rivero ha visto cómo el fuego devoraba la hierba que tenían para alimentar el ganado durante el invierno. Los animales pastaban en un prado cercano y no han corrido ningún peligro. Pasadas las dos de la tarde, unas ráfagas de viento especialmente fuertes llevaron el fuego desde el monte en el Barrio de La Virgen hasta la casa de María Dolores Rivero, al otro lado de la carretera. Las llamas alcanzaron la cuadra y la socarrena pero respetaron la vivienda, situada a un metro escaso de la otra edificación.

No hubo que lamentar la pérdida de ningún animal, pues se encontraban pastando en el prado. Sólo había un perro, que fue liberado rápidamente. Otros dos canes, estaban amarrados junto a la casa y también había un gallinero fuera de la cuadra. Kilos y kilos de hierba para alimentar a los animales en el invierno fueron retirados con la mayor agilidad posible con ayuda de una pala. Y no es la primera vez que le ocurre algo así a Rivero, hace treinta años a esta vecina de Udías se le quemó una cuadra cercana por «circunstancias desconocidas».

María Dolores se acababa de marchar a Cabezón donde tiene otra residencia. «Acababa de marcharme después de arreglar a los animales», explica. «El fuego estaba por ahí pero aquí no había llegado todavía ni con cuánto». Al rato, le llamó su hija por teléfono, quien había sido avisada por un vecino. «Le llamó un vecino al instituto, que estaba ardiendo la casa», recuerda la mujer, atónita por tal propagación. «Mandan cortafuegos por los montes para que no pase y resulta que mira qué cortafuego hay aquí, que es la carretera, y ha pasado».

Bomberos del 112, Guardia Civil, el alcalde de Udías, Fernando Fernández, el de Cabezón, Víctor Reinoso, y el concejal de Obras de Cabezón, Héctor Vélez, acudieron a ayudar en lo posible a la familia.

Pasadas las siete de la tarde, los Bomberos del Servicio de Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria y bomberos de Torrelavega trabajan en la zona para extinguir el incendio que ha afectado a la cuadra. La vivienda ha sido salvada y presenta daños menores, quedando el pajar y la cuadra completamente afectados, con las cubiertas colapsadas.

Las edificaciones afectadas cuentan con dos alturas y unos 50 metros cuadrados cada una de ellas. La destinada a almacén de forraje se encontraba llena de paja, lo que está dificultando la intervención puesto que este tipo de materiales en grandes cantidades mantiene el fuego bajo las capas superficiales enfriadas, por lo que hay que extraerlo, removerlo y refrigerarlo en su totalidad para conseguir apagar las llamas.

El Centro de Atención a Emergencias 112 del Ejecutivo recibió una llamada alertando del fuego minutos después de las 14:00 horas. Para atender el suceso se movilizó a los bomberos del 112 con sede en Valdáliga, que a su llegada solicitaron el apoyo de bomberos de Torrelavega y del parque del 112 ubicado en Reinosa, este último para la dotación de agua. En el lugar se encuentran también agentes de la Guardia Civil.

A su llegada los efectivos se encontraron con un incendio completamente desarrollado, que había provocado el colapso de las cubiertas de cuadra y pajar. Este último contenía una importante cantidad de material combustible en su interior, por lo que procedieron a cortar la propagación horizontal del fuego a la vivienda. Una vez que se ha contenido el avance de las llamas, los bomberos iniciaron las labores necesarias para bajar la carga de calor en el pajar y la cuadra, y los trabajos de remoción necesarios para conseguir la extinción de la pila de paja almacenada, que continúan realizando en estos momentos.

La maquinaria pesada que ha ayudado a los bomberos en las tareas de extracción del forraje ha sido facilitada por un miembro de la corporación municipal de Cabezón de la Sal. En un primer momento se operó con una pala, que por avería tuvo que cesar en los trabajos. Los bomberos continuaron sacando la paja a mano y, después de diversos trámites, ya se dirige a la zona un camión pluma.