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La dirección general de Turismo del Gobierno de Cantabria invertirá 40.000 euros en el Poblado Cántabro de Cabezón de la Sal. El recurso turístico se encuentra cerrado al público desde el mes de septiembre, cuando se vio seriamente afectado por las inundaciones que asolaron Cantabria y acusó la falta de mantenimiento que viene sufriendo en los últimos años. El alcalde del municipio, Víctor Manuel Reinoso, anunció esta semana la redacción de un proyecto para remodelar el conjunto, que en la actualidad presenta un aspecto desolador, para lo que cuenta con la ayuda del historiador y arqueólogo, Lino Mantecón.
Actuar en el que fuera el recurso turístico más visitado de la localidad antes del 'boom' del bosque de las secuoyas es urgente. El complejo que muestra cómo vivían nuestros antepasados hace dos mil años se ha venido deteriorando en la última década sin que nadie haya hecho nada para evitarlo. Hace seis años se quemó una cabaña, cuyo esqueleto aún se conserva en lo alto de la montaña. En vez de repararla, se dejó así para mostrar la estructura interior de estas viviendas prehistóricas. Las tres restantes (dos circulares y una rectangular) se mantienen en pie a duras penas. La techumbre de las cabañas es de un material denominado escoba, caro y costoso de mantener, y se encuentra seriamente afectada.
El alcalde, consciente de que los 40.000 euros de Turismo resultarán insuficientes para reconstruir el Poblado, asume que el Ayuntamiento tendrá que aportar una parte «para recuperar las cabañas y dotarlas del material necesario, de manera que estén ambientadas en la época a la que pertenecen» –la Edad del Hierro–. El agua y el barro anegaron las viviendas con las fuertes lluvias del pasado mes de octubre y una parte del material quedó inservible. Los trabajadores de Corporaciones Locales que se encargaban de realizar las visitas guiadas lograron salvar algo, pero la imagen que presenta el conjunto ya nada tiene que ver con su época de esplendor.
A pesar de todo, Reinoso asegura que «en ningún momento se ha dejado de lado el Poblado Cántabro», aunque desde hace años viene sufriendo altos y bajos, en función de la inversión que han realizado los diferentes gobiernos locales. «El motivo por el que no se ha actuado hasta ahora es que las lluvias han seguido estando presentes y era imposible acometer obra alguna», argumentó el regidor, que primero tuvo que ocuparse «de la reparación de caminos y otras obras más urgentes». Pero ahora «vamos a luchar por el Poblado». El objetivo del alcalde no es solamente dejarlo como estaba, sino mejorarlo. Darle un nuevo enfoque pedagógico a un recurso que recibe multitud de escolares de diferentes centros educativos de Cantabria durante todo el año. «Queremos centrarnos en ese aspecto didáctico del Poblado», insiste.
Con respecto al proyecto de mejora que se está elaborando con el fin de que cada elemento vuelva a estar en su sitio y sea visitable, el alcalde concretó que en la techumbre de las cabañas «se empleará brezo y centeno», que aún «no está disponible y cuya recogida es trabajosa». El Ayuntamiento se plantea reconstruir las cabañas de manera que su mantenimiento no conlleve tanto trabajo como hasta ahora. «Mantener estas cabañas cuesta mucho», explicó el arqueólogo Lino Mantecón. «Es necesario encender fuego dentro de las viviendas todos los días para que no aniden bichos e insectos». Además, «de esta forma se crea una capa impermeable que provoca que el agua se deslice y se conserven las escobas».
Por eso el equipo de Mantecón le planteó al Consistorio «renunciar a contar con un recurso arqueológico tan auténtico e intentar construir algo que perdure en el tiempo y no requiera tanto trabajo diario». Existen recreaciones en España «con la estructura más moderna y que exigen una dedicación menor». De esta forma, «se mantendrían los elementos originales, como las paredes, pero se daría una solución más perdurable a los tejados», apuntó el experto. La idea «aún está siendo estudiada por el Ayuntamiento», pero resulta más económica y viable, sobre todo si se tiene en cuenta la trayectoria del Poblado.
Mantecón propone también «dotar al centro de interpretación de contenidos, con maquetas o recreaciones de la época». Explicar la vida de los cántabros en el Poblado y que no sea tan solo una colina con cuatro cabañas. «Podemos poner un horno, un huerto y pintar el interior de las viviendas», indica. Se trata de alternativas que hay que estudiar «y ver cómo funcionan en Cabezón». Elementos que no se ven hoy en día pero que contribuirían al renacer de este activo turístico.
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