El Gobierno dice ahora que las obras en Casa Pozo comenzarán en 2020

La historia de tropiezos para rehabilitar el antiguo palacete arranca con el cambio de siglo. Desde entonces, el proyecto ha pasado por numerosas vicisitudes, entre las que figuran varios anuncios con fechas concretas para el comienzo de los trabajos e incluso el citado acto oficial de colocación de una simbólica primera piedra en año electoral y que quedó solamente en eso. El anuncio que el nuevo titular de la Consejería, Guillermo Blanco, ha trasladado estos días al alcalde, Dionisio Luguera, llega justo un año después de que se les prometiese exactamente lo mismo en el transcurso de la reunión que realizó el Patronato del Parque Natural de Oyambre en el faro de San Vicente, sede provisional del fallido Centro de Interpretación. En aquel encuentro, el entonces consejero de Desarrollo Rural, Jesús Oria, destacaba como el punto más importante abordado en ese encuentro, el anuncio del inicio de las obras en Casa Pozo. Ponía incluso una fecha: el primer trimestre de 2019. Los trabajos ya estaban adjudicados a la empresa pública Tragsa, para lo que se contaba incluso con una partida en el Presupuesto regional de 2019 de 833.576 euros para la primera fase. También se daba detalle de otra partida de 887.166 euros en 2020, para acabar el edificio.

La explicación que ha trascendido sobre el retraso de los trabajos ha sido la de un problema administrativo que se atribuye al servicio de patrimonio en la cesión de la finca. Todo ello ha obligado al Ayuntamiento barquereño a adoptar un nuevo acuerdo de cesión en los pasados meses.

Pero hay que recordar que casi ocho años antes, en 2011, ya se contemplaba iniciar las obras, incluso en aquella ocasión, en plena precampaña electoral, se llegó a colocar la primera piedra. El encargado de ponerla fue el también entonces presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en un multitudinario acto, en el que estuvo acompañado por numerosos alcaldes y dirigentes políticos. Entonces, la llegada al poder de los populares, en el Ejecutivo presidido por Ignacio Diego, dejó olvidado este proyecto en el cajón, en un contexto de crisis económica. También se paralizó en un momento clave para el desarrollo del territorio, tras décadas de polémicas y enfrentamientos por la declaración de Oyambre como Parque Natural y las restricciones ambientales que esta figura imponía. Entonces, la puesta en marcha del Centro de Interpretación se veía como una oportunidad para poner en valor todo el territorio y, a la par, como motor de desarrollo para generar nuevas actividades y riqueza en el mismo.

Por ello, el Ayuntamiento realizó una fuerte apuesta con la adquisición del inmueble y la finca de 5.000 metros cuadrados que le rodea en 2003. Pagó 740.000 euros por un conjunto patrimonial ubicado en un estratégico lugar, a la entrada de la villa, junto a la ría de Rubín, desde la que se puede divisar gran parte de los valores ambientales de Oyambre.

Tras todas estas vicisitudes, anuncios incumplidos y años de espera, se quiere confiar en que esta vez es la definitiva. Si es así, el inicio del proyecto supondrá una inversión millonaria, ya que al coste que tuvo la adquisición del inmueble y el de la rehabilitación comprometida, habrá que sumar el futuro equipamiento de un espacio que contará con 1.000 metros cuadrados de superficie en sus diferentes estancias, así como el acondicionamiento de la amplia parcela que la rodea y el nuevo paseo que se proyecta construir junto a la ría desde el puente de la Maza.

Fuentes de la Consejería de Desarrollo Rural han señalado que el Consejo de Gobierno aprobará de manera «inminente» la cesión del suelo realizada por el Ayuntamiento de San Vicente y el nuevo Plan de Obras que contempla ejecutarlo en las anualidades de 2020, 2021 y 2022.