El Grupo Arha presenta una oferta para explotar la Casona de Carmona

Cerrada desde el mes de enero de 2003, la Casona de Carmona, uno de los edificios más representativos de la arquitectura del siglo XVIII en Cantabria, ha sido desde ese momento uno de los caballos de batalla de Cantur, la sociedad regional de la que depende, que ha pasado por numerosos avatares primero, para conseguir que su rehabilitación se convirtiera en realidad y después, para convencer a algún empresario de que se hiciera cargo de su gestión. Ahora, con el primero de los objetivos ya logrado tras una inversión próxima a los dos millones de euros, el Gobierno está a punto de ver cómo el segundo se materializa. El propio consejero de Turismo, Francisco Martín, así lo confirma: «La Casona está acabada. Hubo una maldición sobre la obra y parecía que un fantasma no quería que se acabase. Hubo un concurso para su gestión pero quedó desierto y ahora estamos trabajando con la garantía de que se presente alguna empresa al nuevo concurso. Carmona es un establecimiento único para que haya un hostelero de las mismas características de excelencia del edificio, aunque tampoco se puede forzar a nadie para que se presente».

Este empresario puede ser Ariel Cuesta, responsable del Grupo Arha, que ya gestiona otros tres establecimientos en la región -el hotel Reserva del Saja, en Renedo de Cabuérniga; el Albatros, en Suances, y el Hotel Spa Arha, en pleno centro de Potes- y que ha presentado una oferta firme al concurso de la Sociedad Regional Cántabra de Promoción Turística para la explotación de las renovadas instalaciones.

Cuesta, que considera que uno de los grandes atractivos de la Casona de Carmona es que se trata de «un edificio emblemático para Cantabria con unas instalaciones espectaculares», cree que sumar este hotel a su grupo puede dar un impulso a su intención de convertir Arha en una cadena hotelera regional de referencia, algo que inició con la puesta en marcha de sus tres establecimientos actuales y que pudo recibir el impulso hacia adelante definitivo con el proyecto de incorporar un hotel en pleno centro de Santander, el que planeaba construir en el edificio del Club de Regatas, en la Plaza de Pombo de la capital, pero que al final quedó aparcado.

Los motivos que han llevado a Cuesta, que ya ha visitado las «magníficas» dependencias del edificio carmoniego, a presentar una oferta al concurso promovido por Cantur son bien sencillos: además de por sus instalaciones, gestionar la conocida en el pasado como Venta de Carmona le permitiría «crear sinergias» con el Reserva del Saja, que se sitúa a apenas unos kilómetros de distancia, y avanzar en su pretensión de dar a Arha más peso en el panorama hotelero de Cantabria.

El concurso, cuyo plazo para la presentación de ofertas expiró el pasado 5 de diciembre y al que, según ha podido saber este periódico, únicamente se habría presentado la propuesta del Grupo Arha, prevé la adjudicación de la gestión hotelera del inmueble por un período de 18 años, fijando además una renta mínima mensual de 1.600 euros (más IVA), cifra que se vería ampliada a partir del año 2021 con el abono por parte del arrendatario de un canon variable del 6% de la facturación anual total.

Asimismo, el gestor de la Casona de Carmona, que deberá acreditar una «experiencia demostrable en gestión hotelera» como requisito fundamental, estará en la obligación de realizar una inversión mínima de 60.000 euros para dotarla del equipamiento necesario así como para decorar cada una de sus diez habitaciones, el restaurante y todas las zonas comunes del futuro hotel. Cualquier ampliación de esta inversión tendría una repercusión directa en la obtención de más puntos en el concurso de adjudicación.

Otro aspecto importante, sobre todo para los vecinos de Carmona, es el relativo a la contratación del personal para la puesta en marcha del hotel. Y es que el pliego del concurso estipula que el 25% de los contratados deberán estar empadronados en la localidad.

Otro de los puntos especialmente valorados por Cantur, al menos así se detalla en las condiciones del concurso, es el relativo a la apuesta culinaria que el adjudicatario esté en disposición de realizar, siempre de la mano de la Sociedad Regional. «La arrendataria potenciará la oferta gastronómica mediante talleres de cocina, gastronomía, generación de ofertas y producto de temática gastronómica (...) que ayuden a la promoción de la restauración de esta comarca de Cantabria», detalla una de las cláusulas. Y aquí es donde las «sinergias» con el hotel Reserva del Saja cobran un especial valor, ya que ambos establecimientos podrían aunar sus esfuerzos para conseguir el impacto positivo que, en lo referente a la gastronomía, el Ejecutivo regional exige.

De hecho, la importancia de este capítulo, en un momento en el que la gastronomía de Cantabria florece a base de estrellas Michelin y del paso adelante dado por los restauradores de la región, resulta evidente con la apuesta que se hizo para dotar al establecimiento de una cocina perfectamente equipada -situada en una planta soterrada junto a la Casona en un espacio de casi doscientos metros cuadrados en el que se ha habilitado un área para que los huéspedes puedan experimentar cocinando- y de unas dependencias de última generación para lo que deberá de ser en el futuro el restaurante del hotel.

Ahora, Carmona, localidad declarada Bien de Interés Cultural por sus edificaciones singulares y que recientemente ha sido incluida en el selecto club de Los Pueblos más Bonitos de España, está a la espera de conocer cuándo abrirá las puertas su conocida Casona y quién será el encargado de gestionarla. Quizá el día 31, Miguel Ángel Revilla pueda despejar sus dudas.