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PEDRO FOMPEROSA
VAL DE SAN VICENTE.
Martes, 18 de septiembre 2018, 07:27
Cuatro personas con discapacidad intelectual, dirigidas por otro con discapacidad física, se encargan, desde marzo, de mejorar el Camino Lebaniego. Esta cuadrilla tan especial se ha ocupado, en tan sólo cinco meses, de restaurar muros, replantar árboles, facilitar la vida de ciertas especies de ... animales y, sobre todo, de hacer la ruta más accesible para los peregrinos que se dirigen al monasterio de Santo Toribio de Liébana. El equipo, formado por hombres mayores de 25 años, ha trabajado en puntos repartidos por los más de 50 kilómetros que separan Val de San Vicente de Camaleño, donde se encuentra el final del recorrido.
El líder de la cuadrilla, Alfredo Núñez, de 53 años, tiene una limitación física que no le impide desarrollar su papel en esta actividad. Núñez no sólo es el encargado de conducir la camioneta con la que se desplaza el grupo, además se ocupa de organizar las tareas de trabajo de cada componente de la cuadrilla. «Es una suerte trabajar con ellos», afirma Núñez, que se muestra «encantado» por participar en este proyecto que cuida del medio rural.
La iniciativa, que lleva funcionando cinco meses, termina en unas semanas, pero sus responsables esperan que se prolongue «al menos seis meses más», afirma Roberto Álvarez, el director gerente de Ampros. «Está funcionando muy bien, pero todavía queda mucho trabajo por hacer», asegura.
Manuel Bahíllo | Sociedad Año Jubilar Lebaniego
El Camino Lebaniego es una de las grandes apuestas turísticas del Gobierno de Cantabria. Como tal, la ruta necesitaba un lavado de cara para que se sitúe a la altura de los paisajes que acompañan a los senderistas durante todo el recorrido. Y los operarios de Ampros están consiguiendo acondicionar el camino y mejorar la vida natural que se desarrolla a su alrededor.
La Asociación Cántabra en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Ampros) trabaja junto a la Sociedad Año Jubilar Lebaniego en este proyecto, que está financiado con fondos de la Obra Social 'la Caixa' y la Fundación Biodiversidad. Además, colaboran consejerías como Turismo o Desarrollo Rural.
Ampros destaca cuatro ideas como las principales para llevar a cabo esta iniciativa: La inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual (su tasa de desempleo está en torno al 70%), la inclusión en el medio rural (impulsar políticas de desarrollo rural con la ayuda de personas con discapacidad intelectual), mejorar la accesibilidad (física, pero también cognitiva, que la señalización sea comprensible) y mejorar de la biodiversidad del Camino Lebaniego (potenciar la biodiversidad autóctona natural).
Los peregrinos reconocen el trabajo de la cuadrilla cuando se encuentran con ellos, «un poco más atrás me he ortigado, pero por aquí da gusto pasar», afirma uno de los múltiples caminantes que se pueden ver por la ruta. «Algunos nos hacen fotos mientras trabajamos», asegura Albino, uno de los cuatro operarios. «La gente de los pueblos agradece mucho nuestro trabajo, la mayoría intenta ayudar», asegura Núñez, el líder del grupo. Su cara de orgullo, cuando alguien reconoce el buen trabajo que realizan, remueve un sentimiento especial. Manuel Bahíllo, director de la Sociedad Año Jubilar Lebaniego, explica que «tanto los chicos como los vecinos de los pueblos están encantados con el funcionamiento de la iniciativa».
Un objetivo prioritario es proteger la biodiversidad del Camino Lebaniego: arreglar bebederos para facilitar la entrada y salida a pequeños reptiles, plantar setos y zonas de bosque y limpiar árboles viejos para evitar que enfermen. Bahíllo resalta la importancia de permitir que el entorno se desarrolle de forma natural y señala que «sólo se interviene cuando es necesario».
ALFREDO NÚÑEZ | LÍDER DE LA CUADRILLA
Dentro de las mejoras del camino, la cuadrilla se ha encargado de ensanchar las zonas estrechas que suponían un riesgo para los peregrinos. También han realizado otras tareas como alisar pasos inclinados o construir (con elementos naturales) escalones en las zonas más inclinadas. En los senderos reconquistados por la naturaleza, se ocupan de desbrozar la maleza invade el camino y las señales. Además, retiran especies invasoras como los plumeros, que se encuentran en la zona más cercana a la costa.
Una de las intervenciones que más tiempo les ha llevado ha sido la restauración de varios móreos (muros de piedra sobre piedra, sin cemento), que actúan como hogar para insectos y reptiles, además de proteger las plantaciones de árboles autóctonos -prevén que se plantará un total de 2.000 árboles, de nueve especies diferentes-. A lo que se suma la mejora de 12 abrevaderos -el objetivo inicial era rehabilitar ocho-. La cuadrilla trabaja ya por encima de los objetivos marcados inicialmente y desea seguir con su cometido al menos medio año más, ya que, según confiesan, aún hay muchas intervenciones pendientes.
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