Secciones
Servicios
Destacamos
El que haga el trayecto a pie o en coche entre Puentenansa y Cosío no se dará cuenta. La orografía y la vegetación hacen que desde la carretera, a pesar de sus dimensiones, sea inapreciable. Para ver la gran grieta que ha aparecido en una ... finca particular cercana a la carretera CA-281 y que amenaza con convertirse en uno más de los muchos argayos que han hecho acto de presencia en Cantabria en las últimas semanas a raíz de las lluvias del mes de enero hay que situarse en un punto alto. Por ejemplo, en el monte donde están las antenas de televisión que dan cobertura al municipio de Rionansa. Desde allí se aprecia un impresionante roto en la tierra, en mitad de una colina de la zona conocida como La Berzosa, frente al antiguo balneario del mismo nombre.
La grieta, de varias decenas de metros de largo y una anchura que varía en cada uno de sus tramos, transcurre en paralelo a la carretera regional. «Nos avisó un vecino y estuve por allí el otro día y sí, es espectacular. En el hueco entra mi mano de sobra. Lo que no se puede saber es si se vendrá abajo mañana o dentro de cien años. O nunca», explica a este periódico el alcalde de la localidad, Pedro Manuel González. Desde el consistorio no son capaces de calibrar hasta qué punto existe una situación de peligro, pero han advertido a los propietarios de la zona y ya se han puesto en contacto con el 112 y con el Gobierno regional para avisarles de la incidencia.
La situación es muy similar a la que se vive desde hace mes y medio en el pueblo de San Mateo, en Los Corrales de Buelna, donde otra grieta en una ladera se encuentra en equilibrio inestable. Es decir, que en cualquier momento varias toneladas de material podrían venirse abajo. La diferencia es que en Puentenansa no hay ninguna vivienda en la zona de influencia del hipotético argayo, aunque sí una línea eléctrica y la carretera. El regidor está a la espera de que los técnicos del Gobierno aporten nuevos detalles. «No sabemos si ese desplazamiento sería superficial o como el que ha cortado la carretera en Ruente. En estos momentos no hay alarma ni una especial preocupación, pero sí me gustaría que se estudiara para salir de dudas», insiste González, quien está a la espera de novedades.
«Que no, que no se cae. O por lo menos eso es lo que pienso yo, pero los que tendrán que decir si hay peligro o no son los técnicos», afirma Ángel Manuel Gutiérrez, un ganadero que tiene una cabaña delante de la grieta, al otro lado de la vía. La prueba de que no tiene ningún miedo de que la tierra llegue hasta su finca o a la pradera donde cada mes de septiembre se celebra la tradicional feria de San Miguel es que sigue llevando allí sus vacas. Ante la incertidumbre, el alcalde le ha recomendado que, por lo menos los días en que llueva mucho, extreme las precauciones y no vaya por allí, pero está convencido de que las acacias que hay delante de la línea de la luz harán de barrera. 'El Mellizo', como le conocen en el pueblo, asegura que el tajo situado a algo más de cien metros de la carretera apareció antes de verano.
El pasado mes de junio, Gutiérrez ya lo había controlado. Entonces tenía unas dimensiones menores. Defiende que ha sido después de los últimos episodios de lluvias torrenciales cuando el hueco se ha ido haciendo cada vez más grande. Y subraya que las precipitaciones han coincidido además con otra circunstancia: han sacado madera con camiones de un pinar y ahora «acaba aquí todo lo que baja por la pista que lleva a las antenas. Hay que dejar que el agua vaya por donde tiene que ir. Nos toca esperar, no queda otra».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.