![Bomberos trabajan en el desescombro de la vivienda tras apagar las llamas.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/03/10/Sopea%20incendio%20casa-foto8%20JAVIER%20ROSENDO--758x531.jpg)
![Bomberos trabajan en el desescombro de la vivienda tras apagar las llamas.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/03/10/Sopea%20incendio%20casa-foto8%20JAVIER%20ROSENDO--758x531.jpg)
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Las llamas han calcinado este domingo una vivienda en Sopeña (Cabuérniga). El fuego comenzó a las ocho de la mañana y, aunque aún no se ha podido confirmar, la familia afectada señala que el origen se produjo en la chimenea. Fueron los vecinos quienes dieron ... la voz de alarma al ver el humo. Avisaron a los habitantes de la casa para que salieran y también llamaron a los bomberos que, aunque pudieron evitar que las llamas llegasen a las casas adosadas, no pudieron salvar la vivienda, que quedó totalmente calcinada.
Los bomberos tuvieron que ir a Sopeña desde Valdáliga, donde se ubica el parque, por lo que aunque acudieron nada más recibir el aviso, la lejanía entre localidades impidió que llegasen a tiempo de salvar la casa. Además, como hacía viento (menos que en jornadas pasadas), «les llevó tiempo apagar las llamas», cuenta Carmen, sobrina de los propietarios y vecina. «Como era cambio de turno, pudieron venir bomberos de los dos turnos y actuar más rápido, una suerte», narra. «Eran cuatro camiones y evitaron que el fuego llegase al resto de casas. Si hubiera pasado ayer, que hacía mucho más viento, hubiera sido una desgracia mucho mayor». Por eso, asegura, «ha sido una suerte dentro de lo que cabe».
A los bomberos de Valdáliga se unieron también los de Torrelavega y, como señala Carmen, «gracias a que ahora hay bocas de riego anti incendio en el municipio», uno de los camiones que se quedó sin agua pudo recargar el tanque y seguir frenando las llamas. «Pudo ser muchísimo peor de lo que ha sido», reitera.
Aunque la estructura de la casa ha resistido, el interior está totalmente arrasado por las llamas. El techo de la segunda planta, que la separaba del desván, «ha desaparecido». Además, los bomberos dedicaron más de una hora a retirar escombros para evitar que, si llueve con fuerza, «no caiga todo a la planta baja». Allí queda poco más que la estructura, pues todos los muebles han sido devorados por el fuego. Como explica Carmen, se trata de una segunda residencia, por lo que los inquilinos podrán volver a su domicilio habitual en Laredo. «Ahora queda que el seguro se haga cargo de lo ocurrido», apunta.
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