«El kárate te enseña a afrontar los problemas»

-¿Qué le llevó al kárate?

-Fue por mis padres que me llevaron al gimnasio cuando tenía 4 años porque era un crio muy inquieto, para que me calmara.

-¿Y cómo fue su trayectoria a partir de ese momento?

-Como cualquier niño no tenía una meta concreta. Desde ese momento y hasta los 16 años estuve en el gimnasio Hattori de Astillero en el que mi maestro, Jesús Olano, me animó a competir al ver que tenia cualidades. Buscando subir mi nivel cambié al gimnasio Cervantes de Santander con el maestro Antonio González Machín con el que logré el campeonato regional.

-Y eso le llevó a dar el salto a las competiciones nacionales

-Con 20 años me preseleccionado con el equipo nacional y conseguí la medalla de bronce en el Campeonato de España Junior, lo que me llevó a las convocatorias del equipo nacional con el que logramos el Campeonato de Europa por equipos que se celebró en Alcobendas en el que yo disputé todos los combates y los gané, la verdad que nos salió todo perfecto para lograrlo.

-¿Le sorprendió esos éxitos en tan poco tiempo?

-En cierta manera si, aunque era consciente de que tenía bastante nivel, pero nunca tuve entre mis objetivos llegar a esas metas. Para mí el kárate, como el resto de deportes que siempre he practicado como el fútbol o el correr, han sido un hobby, una manera de vivir, de sentirte bien.

-¿Cómo fue el paso por la categoría absoluta?

-Cuando ganamos el Campeonato de Europa yo ya tenía 20 años y en ese mismo año me convocaron para la selección absoluta con la que disputé diferentes pruebas internacionales en los que logramos buenos resultados como la Copa del Mediterráneo que se celebró en Italia.

-¿Y porque lo dejó?

-Uno de los objetivos que tenía era ser Guardia Civil y con 23 años ingresé en la Escuela de Suboficiales y mi primer destino fue en un pueblo de Tarragona donde no tenía cerca un gimnasio, seguí con el deporte, en concreto con el fútbol jugando con los equipos de aquella zona, pero el kárate lo dejé.

-¿Tiene algún recuerdo especial de aquella época?

-Fue una época intensa pero muy breve en la que había continuas competiciones, por ello son muchos los recuerdos pero ninguno especial sobre los demás. Para mi realmente especial ha sido el volver después de haberlo tenido aparcado durante 20 años. Siempre me he sentido karateca, desde el año 1.994 soy segundo dan y ahora me examinaré para el tercer dan.

-¿Qué valores destacaría de este deporte?

-El respeto, la disciplina, la cortesía, la constancia o el espíritu de superación son algunos de ellos. Las artes marciales lejos de lo que pueda parecer las practicamos gente que no somos violentos, todo lo contrario, nos enseña la calma o la tranquilidad para afrontar los problemas de cualquier índole, tanto en una hipotética lucha como en la vida, es una forma de educación más. En el kárate se estimula el saludo al compañero, el respeto al maestro, el orden, la constancia en el trabajo.

-¿Cree que algunos de esos valores los comparte con su profesión de Guardia Civil?

-En gran medida son valores compartidos. Sin duda que el haberlos vivido desde la niñez es algo que influye en tu vida, como después ha sido el conocer y compartir experiencias con compañeros, el viajar y salir de casa, algo que también hacemos los Guaridas Civiles.

-¿Y después de 20 años como ha sido su vuelta al kárate?

-Mi hijo mayor cuando tenía tres años empezó a realizar actividades extraescolares y el mismo, después de jugar al futbito, fue el que pidió ir al kárate, no fue iniciativa mía, ha sido al revés, me sorprendió así que estoy encantado, era algo que tenía pendiente. El crio pequeño también va, aunque más como observador y se ve que también lo disfruta.