Llega a San Vicente el primer autobús con refugiados desde Ucrania

Agotados y con el temor por la incertidumbre de llegar a un lugar desconocido en medio de la noche, lejos de lo que ha sido toda su vida, llegaban aproximadamente a las doce de la media noche a Hoznayo en donde a once de los ucranianos les estaban esperando familiares que residen en diferentes puntos de la región. El resto fueron hasta el albergue de la localidad de La Revilla en San Vicente de la Barquera en donde se alojaron otros 22, mientras que los 15 restantes fueron trasladados hasta el albergue de San Vicente del Monte en el vecino municipio de Valdáliga.

Allí les estaban esperando los voluntarios y una parte del grupo de empresarios cuya iniciativa ha hecho posible esta primera acogida de refugiados. Junto a ellos la ucraniana Olena Mishchuk que desde el 1.998 reside en San Vicente de la Barquera a donde llegó como destacada jugadora de balonmano, que ha estado en todo momento prestando apoyo a sus compatriotas como interlocutora.

Tras esos primeros momentos vividos con la tensión y el nerviosismo propio de la llegada a un destino totalmente desconocido para ellos, pudieron descansar por primera vez en muchos días en las camas del que provisionalmente durante los próximos días será su nuevo hogar.

A lo largo de la mañana han ido reconociendo el nuevo espacio en el que vivirán, mientras todos, refugiados y colaborados, tratan de organizar lo mejor posible estos primeros momentos tras conocer cuáles son sus necesidades más prioritarias, al mismo tiempo que comienzan a conocerse las vivencias de todos ellos en los que afloran el drama que han dejado tras de sí.

Especialmente dramático es lo que han vivido un grupo de 17 personas, relacionados familiarmente entre sí, originarios de la república de Georgia de la que tuvieron que huir tras la guerra que asoló a dicho territorio en el año 2008. Como refugiados empezaron una nueva vida en el este de Ucrania, precisamente en la región pro rusa del Donetsk, en donde ya existe un conflicto bélico entre las diferentes facciones desde el año 2014, lo que les llevó a desplazarse primero a la ciudad de Odesa y posteriormente a la de Lviv.

Allí han estado viviendo todos estos años, en donde había encontrado estabilidad, trabajo vivienda, en definitiva un nuevo proyecto de vida que creían tener asegurado hasta que este nuevo conflicto les ha vuelto a convertir en refugiados del país que les acogió.

Junto a esta familia en el albergue de La Revilla está otra familia con una mujer que llegó desde Ucrania con sus tres hijos, el más pequeño de tan solo tres meses. Su marido llevaba poco tiempo trabajando en la construcción en Alicante, por lo que en las últimas horas se desplazó hasta Cantabria en donde han podido reencontrarse.