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Un lobo. DM
El lobo mata nueve ovejas en tres días en el terreno de una vivienda vacacional junto a Ruilobuca

El lobo mata nueve ovejas en tres días en el terreno de una vivienda vacacional junto a Ruilobuca

El ataque se produjo en la propiedad que un madrileño posee en Otedo, donde piensa acudir esta Navidad, y teme «por la seguridad de mis nietos»

Lucía Alcolea

Santander

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Viernes, 20 de diciembre 2024, 14:00

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Luis Naval, residente en Madrid, es propietario de una finca en Otedo, a dos kilómetros de Ruilobuca, desde hace un cuarto de siglo. Cuando adquirió el terreno, había prácticamente dos cuadras, un estercolero y un pajar en estado de ruina. Naval y su familia decidieron rehabilitar el conjunto, construirse una casa y plantar arbolado autóctono (robles, hayas, tejos, abedules...), donde encuentran su hábitat multitud animales. También ovejas. Les costó lo suyo, pero al fin lograron crear un hogar vacacional. Naval relata estos antecedentes para incidir en la rabia que siente tras los dos ataques de lobo sucesivos que ha sufrido esta semana y en los que ha perdido nueve animales. «Después de todo el esfuerzo y de invertir para conservar el patrimonio rural, ahora viene un cánido y nos mata las ovejas».

La primera visita del depredador se produjo el lunes. Luis se encontraba en Madrid. «Me llamó un amigo para decirme que estaba en Otedo y había algo raro en el ambiente, cuando empezaron a llegar buitres y se fue encontrando con los cadáveres de cinco ovejas y dos terneros muertos». Creen que el lobo –o los lobos- atacaron por la mañana, «porque alguna oveja todavía estaba caliente». Los agentes de Montes certificaron que habían sido los cánidos. Con todo, la mayor sorpresa se la llevó Luis tres días más tarde. Al mediodía del jueves volvieron a aparecer otras dos ovejas muertas. En total, «me faltan nueve», insiste y se pregunta si «¿al final van a esperar a que desaparezca todo el rebaño?».

A Luis le preocupa que la presencia del lobo suponga una amenaza para su familia, con la que piensa pasar la navidad en su casa de Ruiloba. «Siempre venimos con mis cinco hijos y mis 22 nietos, pero yo no me perdonaría que un lobo atacase a uno de los niños», admite. Y se pregunta «¿qué tiene que pasar para que quienes nos gobiernan en Europa y en España protejan a las personas y sus intereses?»

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