Dos lobos matan doce ovejas en Cos «a treinta metros de las viviendas»

Mazcuerras ·
El propietario asegura que cuatro de los animales que ha perdido los había adquirido el sábado. Es el segundo ataque que sufre

Lucía Alcolea

Mazcuerras

Miércoles, 29 de septiembre 2021, 07:15 | Actualizado 18:37h.

«Hay cosas que el dinero no puede arreglar». Javier González lo dice sin medias tintas, después de que dos lobos matasen a doce de sus quince ovejas en la madrugada del domingo. Esta vez sucedió en Cos, Mazcuerras, «en una finca llamada la ... Fuente la Teja, a unos treinta metros de las casas». Que los cánidos ataquen al ganado cada vez más cerca de los núcleos rurales está dejando de ser una novedad para convertirse en lo habitual. A Javier le avisó un vecino que oyó campanos «a eso de las cinco de la mañana, de la que iba a trabajar a la Textil Santanderina». «Se acercó con el coche y vio a los dos lobos salir corriendo». Se habían dado un festín, doce de quince ovejas muertas. Cuando Javier llegó a su finca algunas todavía estaban vivas, pero «terminaron muriendo asfixiadas, porque las muerden en el cuello». El resultado es otra escena dantesca. La última que ha tenido lugar de muchas.

Javier contiene su enfado, a pesar de que cuatro de las ovejas que ha perdido las había comprado el sábado y de que muchas estaban a punto de parir. Emplea los animales para mantener cuidados sus terrenos. Precisamente había trasladado el ganado a esta finca hacía unos días -hasta entonces las tenía en otro emplazamiento, más cerca de su vivienda-. Mala suerte, o no, porque quizá ya no importa dónde estén los animales si el lobo mata igual. «¿Y ahora qué hago? ¿Compro más?», se pregunta. Dinero no quiere, quiere sus ovejas. «A mí qué más me da que me las paguen si no las voy a recuperar», razona. Está en contra de que el lobo sea ahora una especie protegida, tras su inclusión en el Lespre, una medida contra la que batalla el Gobierno Regional. «Ellos -asegura refiriéndose a los ecologistas- no saben lo que es tener animales y perderlos, me parece bien que el lobo permanezca en las zonas altas y en los puertos, pero es que lo tenemos aquí, al lado de casa». Por si acaso se produce otro ataque, Javier ha guardado las tres ovejas que le quedan en una cuadra y de momento no piensa sacarlas. Tampoco volverá a llevarlas a la finca donde se produjo el ataque. Tiene miedo. «Claro que tenemos miedo: ¿Qué podemos hacer? ¿venderlo todo?». Lo dice porque hace dos años ya vivió otro suceso similar y perdió seis, «pero fue en el monte», comenta restándole importancia.

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