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Elena Tresgallo
Domingo, 7 de marzo 2021, 13:22
Los lobos comen ya literalmente a la puerta de casa. Ganaderos de Barcenillas (Ruente) y de Treceño (Valdáliga) no sólo lo han comprobado esta mañana, sino que lo han visto con sus propios ojos. En el primer caso se ha cebado con un cordero « ... a veinte metros» de la casa de Alejandro Fernández, un ganadero de Cabuérniga que relata cómo su padre lo vió sobre las siete y media de la mañana «y se quedó plantado mirándolo a unos cincuenta metros».
En el caso de Valdáliga, Miguel Izaguirre relata que lleva dos días locos, el lobo le ha matado hoy por la mañana dos de sus ovejas a punto de criar y también «a la orilla» de su vivienda. En su caso, ha sufrido ya varios ataques en los últimos años y critica que el Gobierno sólo le haya pagado siete de los más de veinte animales que ha perdido.
«Ha matado a la misma puerta de casa, se ha comido un corderín que yo había regalado a un crio vecino mío que lo estaba criando a biberón», lamenta Alejandro Fernández, vecino de Barcenillas. Lo curioso de este caso no es sólo que el lobo se haya comido al animal a la puerta, sino que su padre lo pudo ver y el depredador apenas se asustó del humano. «Salió y se fue varias veces, pero volvía a salir otra vez receloso por el cordero y, una de ellas, se quedó plantado mirando a mi padre», explica aún atónito. No fue el único que lo vio hoy por la mañana, ya que otro vecino avisado por el padre de Alejandro también fue testigo del suceso. «No tiene ningún miedo ya», insistía el afectado lamentando la pérdida del animal, más por una cuestión sentimental del niño pequeño que lo cuidaba.
En Treceño, Miguel Izaguirre tampoco se podía creer que a pocos metros de su casa, en mitad del pueblo, el lobo se había dado un festín con dos de sus ovejas a punto de parir. «Me llamaron a las ocho de la mañana para decirme que tenía dos animales muertos, ha debido ser de madrugada», explica enfadado. En los últimos años ha sufrido la pérdida de más de una veintena de animales en varios ataques y ayer sábado atacaron al ganado en la cuadra pero «solo me han pagado siete», insiste. «Se nos están metiendo ya en el pueblo, justo a 10 metros de casa, en la misma orilla», repite una y otra vez. «Yo como de las ovejas y si me las matan ¿que hago yo? que me lo digan los del Gobierno», dice muy enfadado. «Está claro que los ganaderos no queremos que nos maten los animales, pero tampoco puede ser que los lobos estén comiendo del sudor de mi frente y mi trabajo», concluye.
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