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Parte de la urbanización de Santa Marina, situada junto al campo de golf del mismo nombre en la localidad barquereña de La Revilla, se va convirtiendo poco a poco en escombros fruto de los trabajos que forman partedel proyecto de demolición que comenzaron a ... ejecutarse a finales del pasado mes de noviembre en cumplimiento de la sentencia judicial dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria en el año 2011 que se fue demorando con el objetivo de intentar legalizarla y que ahora se está haciendo efectiva.
Esta obra, cuyos trabajos en la actualidad se están centrando en la eliminación de los viales, aceras y la infraestructura instalada para dar servicio a las viviendas que se proyectaba construir y que posteriormente concluirá con la recuperación ambiental para que los terrenos sobre los que se asienta que forman parte del Parque Natural de Oyambre vuelvan a su estado original, está previsto que finalice para el próximo otoño, tras un año de actividad en la zona.
Este proyecto, con todo el largo proceso judicial por el que ha tenido que transitar hasta llegar a la situación actual, ha supuesto un duro varapalo para una actuación que pretendía ser una urbanización de referencia y de lujo como foco de atracción para la comarca de un turismo de alto nivel adquisitivo. Asimismo, también ha supuesto un duro revés económico para las arcas municipales del Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera, ya que tiene que pagar, de hecho ya los depositó el pasado año en el juzgado, los casi 2.250.000 euros que cuesta el derribo que ejecuta la empresa pública Tragsa.
Hay que recordar que la urbanización que ahora se está derribando formaba parte del proyecto inicial de Santa Marina para construir el campo de golf diseñado por Severiano Ballesteros y el proyecto inmobiliario para edificar 350 chalets y un hotel de acuerdo con el Plan Urbanístico de San Vicente de la Barquera del año 1999.
Finalmente, tan solo se construyó el campo de golf, que sigue en pleno funcionamiento, y la urbanización sin las viviendas al declararse ilegal dicho Plan Urbanístico en el año 2001 a instancias de la denuncia de Arca porque no se había redactado el Plan de Ordenación de los Recursos de Oyambre (PORN), sentencia que ha sido el origen de todo el proceso que ha llevado a la situación actual.
Los intentos para evitar este derribo y el alto coste económico que supone han sido infructuosos a pesar de que con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de San Vicente de la Barquera, aprobado en el 2015, se consiguió su legalización al contemplar dicha actuación, proceso que se vio ratificado con la aprobación de un nuevo proyecto de urbanización para Santa Marina en el año 2017, que contemplaba la mayor parte de todo lo que ya estaba en ese momento ejecutado, proyecto que contó con todos los informes favorables tanto de la Dirección General del Medio Natural como el de todos los organismos implicados y que volvió a ser recurrido por la organización ecologista Arca, recurso que en esta ocasión fue totalmente desestimado por los tribunales.
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