El Ministerio adjudica la regeneración del Saja entre Cabezón y Mazcuerras

ejecutaba las actuaciones que le correspondían dentro del plan, basadas sobre todo en la construcción de escolleras para redefinir los márgenes del cauce en las zonas urbanas. El Ejecutivo llegó a enero de este año con tres de cinco proyectos finalizados en las pedanías cabezonenses de Ontoria y Carrejo; y en el pueblo de Villanueva –los otros dos están pendientes de alegaciones–.

El de la Confederación es un paso de gigante. La restauración ambiental del Saja se planeó en 2020 y la institución que gestiona los ríos no ha avanzado desde entonces más allá de los trámites burocráticos. Sobre el suelo, nada. Con la adjudicación de los trabajos, se despierta de nuevo la esperanza por la ejecución de un plan que parece regenerará el hábitat fluvial a lo largo de seis kilómetros. Y lo que es más importante, que «contribuirá a reducir significativamente –hace hincapié el Ministerio– el riesgo de inundación». Las labores que se llevarán a cabo están muy bien definidas desde el principio, aunque nada se sabe de cuándo podrán comenzar. Si no se agilizan los plazos, puede ser dentro de seis meses o de doce. Puras especulaciones, porque ninguna de las instituciones implicadas ofrece una fecha estimada –no ya concreta–.

Dejando a un lado la extenuante lentitud del proceso, los trabajos consistirán en eliminar barreras longitudinales mediante técnicas de bioingeniería, así como en gestionar la vegetación existente con la erradicación de especies invasoras y la plantación de autóctonas. Por otro lado, construirá motas alejadas del cauce para delimitar el espacio fluvial e incrementará la laminación en avenidas mediante setos, barreras de retención y zonas de amortiguación. Estas actuaciones, junto con la implantación de filtros verdes y la recogida y gestión de residuos, contribuirán a la mejora de la calidad de las aguas. También se persigue recuperar el hábitat de las diferentes especies propias de los ecosistemas fluviales que, junto con la creación de una red de islas de hábitat, aumentará incluso la diversificación del medio y de las especies que dependen de ello.

También se instalará cartelería temática y se realizarán actividades de voluntariado ambiental y divulgación. Se valora la posibilidad de crear una aplicación interactiva. El proyecto contempla además llegar a un acuerdo de custodia del territorio de este tramo del río entre la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y las personas o entidades públicas y privadas interesadas, como herramienta para la conservación de la naturaleza y para aumentar la función social de la biodiversidad. Pretenden por tanto sacarle el máximo partido posible al río Saja y su entorno en este punto de la zona Occidental de Cantabria. A la vez, tanto la Confederación como la Consejería han llevado a cabo pequeñas actuaciones para evitar los desbordamientos del indómito Saja cada vez que se producen fuertes lluvias. A ver si este invierno los vecinos del valle pueden dormir tranquilos mientras escuchan llover al otro lado de la ventana.