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El muro construido en el paseo marítimo de San Vicente de la Barquera para evitar las inundaciones ha surtido su efecto. Aunque con algunos 'peros'. La prueba de fuego tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando la pleamar alcanzó el coeficiente más alto ... del año, con una amplitud de 116. Según las estimaciones, el muro debía hacer de barrera para evitar que la fuerza de las olas sobrepasase la cota del muelle e inundase los establecimientos de la zona -como ha sucedido en varias ocasiones-. Y no, el agua no llegó a entrar en los bares ni en los comercios, pero sí superó la barrera del muro recién construido en la pleamar de la madrugada del domingo.
El resultado fue positivo, puesto que el vial que discurre junto al paseo no se convirtió en una piscina, ni los propietarios de los comercios del entorno vieron cómo el agua entraba en sus locales. En esta ocasión, aunque el coeficiente de la marea era muy alto, no coincidió con una gran marejada y con el consiguiente fuerte empuje del agua. Circunstancias estas que sí se produjeron a finales de octubre del pasado año, cuando tuvieron lugar las inundaciones y el mar llegó a alcanzar el centro urbano de San Vicente. El coeficiente entonces era menor, pero había una gran marejada. Los locales sufrieron daños importantes y fue una de las mayores inundaciones de los últimos años.
Tras ese episodio, se produjo una rápida respuesta por parte de la Consejería de Fomento, cuyo titular, Roberto Media, visitó la zona y anunció la ejecución de un proyecto por vía de emergencia. El objetivo era acabar, o al menos aminorar, los problemas generados por esas crecidas del mar en circunstancias que, como señalaron desde el Instituto de Hidráulica de Cantabria, «cada vez serán más frecuentes». En concreto, se ideó la construcción de un muro de hormigón en todo ese espacio del paseo marítimo de la avenida Antonio Garelli. El objetivo era elevar su cota por encima del nivel del mar que se alcanza en la mayor parte de las pleamares mas extremas, y evitar así los desbordamientos, que en su momento llegaron hasta la travesía urbana de la carretera nacional 634. Los trabajos dieron comienzo el pasado mes de enero y se encuentran prácticamente finalizados. Tan solo quedan algunos remates más estéticos que prácticos, según concretaron.
Como se ha podido comprobar, la cota que se ha alcanzado no ha evitado esos desbordamientos, aunque sí su magnitud y efectos. Los responsables de la Consejería de Fomento, viendo lo sucedido el pasado fin de semana, no han querido valorar la eficacia de la obra que está a punto de culminarse, análisis que, según han señalado, realizarán en los próximos días con la inauguración oficial de la obra.
La actuación está siendo ejecutada por la empresa Tedcon Integral y supone una inversión de 34.710 euros. Sobre el muro se ha instalado una barandilla para dotar de protección y seguridad a las personas que transiten por el paseo urbano y evitar posibles caídas al mar, ya que la fuerza del agua puede resultar peligrosa. La barandilla, de estructura ligera y altura reducida, cuenta con un diseño similar al que ya existe en el paseo marítimo contiguo del parque de San Vicente, con lo que se evita generar apantallamientos visuales.
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