.jpg)
.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Vicente Cortabitarte
Lamasón
Domingo, 28 de febrero 2021, 07:50
El municipio de Lamasón, cambió totalmente hace ocho años cuando se incorporó a un programa novedoso en aquel momento, 'Cultivando Inclusión', que se puso ... en marcha en el valle del Nansa dirigido a las personas adultas con problemas de discapacidad intelectual.
En aquel momento y tras la muerte de sus padres, Evangelina se encontraba sumida en una profunda depresión, sin apenas salir de casa, en una de las comarcas de la Cantabria profunda que más ha sufrido el problema de la despoblación y el envejecimiento. Gracias a la iniciativa que puso en marcha los servicios sociales de la Mancomunidad del Nansa con el apoyo del Icass, Evangelina rompió ese aislamiento en el que se encontraba, se comenzó a relacionar con otras personas y a desarrollar actividades que nunca se pudo imaginar.
Como ella, otras 18 personas adultas con diferentes grados de discapacidad intelectual que no desarrollaban ningún tipo de actividad educativa participan en la actualidad en este programa con el que reciben apoyos para incrementar su autonomía, pero sobre todo para ganar en calidad de vida.
Pero por encima de todo, en lo que más han ganado ha sido en afectos, como la amistad, el cariño o la estima. Los 18 participantes no son sólo personas que han llegado con su particular problemática para mejorarla, sino que se han convertido en una gran familia que comparten ilusiones, entusiasmo y alegría, mucha alegría que es lo primero que transmiten cuando compartes algunas de sus muchas actividades.
«Para mí ha sido abrirme a una nueva vida en la que recibo mucho cariño y yo también lo doy, siento que tengo una gran familia en la que todos nos necesitamos y nos ayudamos», confiesa Evangelina Fernández.
Pero los beneficiarios de este programa no son sólo las 18 personas que están participando, junto a ellos también están sus familias a las que se las implica en el proyecto y que colaboran estrechamente en las estrategias que se establecen, al ver como sus hijos o hermanos aprenden, disfrutan y mejoran la calidad de vida familiar.
Marta Dosal es madre de Eva, de 48 años y con un 85 por ciento de discapacidad. Hace unos 20 años se trasladaron de Torrelavega a Cades. «La vida de mi hija y la nuestra ha cambiado desde que forma parte de este programa. Eva es una mujer que estalla de alegría, es muy sociable, con sus compañeros forman un grupo totalmente integrado. Lo disfruta tanto que los domingos ya está deseando que llegue el lunes para estar junto ellos», señala Marta.
Al frente del programa se encuentran la psicóloga Laura López y la educadora Ángela Verdeja, que cuentan con el apoyo del técnico en agricultura ecológica Andrés Puyol, encargado de las actividades que se desarrollan todos los martes y jueves en el huerto, un espacio que ha cobrado vida en todos los sentidos, en el que se cultiva tanto diferentes variedades de verdura ecológica como la inclusión social.
Allí preparan la tierra, abonan, siembran y hacen las labores de mantenimiento hasta que llega el momento de la recolección, realizando ellos mismo la venta directa de los productos al público que acude al huerto. «Para ellos es muy importante el trabajo en equipo que aquí realizan, ver como con su trabajo transforma el huerto y que su esfuerzo se ve recompensado llevando a sus casas los productos que recogen», destaca Andrés Puyol.
Junto con el huerto los lunes y miércoles acuden al aula pedagógica en donde se imparten diferentes talleres como el de estimulación cognitiva, de psicomotricidad, el de manejo del dinero, hábitos saludables, de lectura, teatro o de nociones básicas de informática, entre otros muchos. Y los viernes se dedican a la cocina, aprendiendo nociones básicas que les permiten desenvolverse para ser cada vez más autónomos.
Mensualmente realizan excursiones a lugares próximos, pero también a ciudades como Málaga o Valencia, lo que ha permitido a algunos utilizar por primera vez el avión, el tren o el metro.
«Los participantes mejoran en su socialización y han ampliado sus redes de apoyo, mientras que las personas de su entorno son más conscientes de los beneficios que aporta la inclusión y de lo mucho que estas personas pueden aportar a la sociedad», afirma la psicóloga Laura López.
Por su parte, la educadora Ángela Verdeja, natural del pueblo de Obeso, considera «muy importante el dotar de este valioso recurso a un valle siempre tan marginado como el Nansa, permitiendo que sus vecinos puedan desarrollarse en el mismo territorio, dando visibilidad e inclusión a su problemática».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.