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El valle del Nansa ha vuelto a ser este sábado punto de encuentro y de superación para 32 jóvenes latinoamericanos. Todos ellos han sido seleccionados entre varios miles de candidatos por algunas de las más prestigiosas universidades en la XIV edición del Programa para el ... Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina de la Fundación Botín. El objetivo es entrenar y fortalecer las habilidades de liderazgo que precisa un buen servidor público para cumplir su función.
Para vivir esta experiencia única y singular han contado con la ayuda de la alpinista Edurne Pasaban. Ella y su equipo prepararon diferentes pruebas en el entorno de las montañas del Valle de Polaciones −con el objetivo de la subida al monte del Cueto Cucón−. Unas actividades trataba sobre la vocación de servicio, la proactividad, el éxito y el fracaso y la integridad. Todo ello para finalizar haciendo noche en la localidad de San Mamés con una reflexión en común sobre el desarrollo de la jornada.
La alpinista Edurne Pasaban, además de ingeniera industrial, empresaria y conferenciante internacional, fue la primera mujer en el mundo en coronar los 14 ochomiles y este sábado compartió con los participantes su testimonio de liderazgo. Por ello se mostró satisfecha de poder «aportar mi granito de arena en la formación de estos 32 chavales que van a dedicarse al ámbito público en diferentes países de Latinoamérica; de compartir con ellos mi experiencia de vida al enfrentarme a retos como los 14 ochomiles y los valores que yo aprendí. Para mí ha sido un orgullo transmitírselo a estas personas de las que van a depender muchos países», señaló.
El Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina tiene como fin propiciar el desarrollo económico, social y sostenible en cada una de las regiones, así como prestigiar el ejercicio de la función pública a través de la formación, el estudio y el trabajo en equipo. La Fundación Botín entiende que potenciar y canalizar el talento creativo de los universitarios que están llamados a liderar procesos de cambio en sus respectivos países es una buena forma de contribuir a ese desarrollo.
«El Nansa es fundamental en este programa, aquí se crean los vínculos y se fortalecen los lazos que trascienden entre los participantes de esta actividad», recalcó Ignacio Verón, director acádemico de este programa.
La formación de este programa se inició el pasado día 16 de octubre en Colombia para proseguir con diversas sesiones en España, además de la de este fin de semana en el valle del Nansa, que tendrá su continuidad en Santander, Madrid, Santiago de Compostela y Salamanca, para concluir en Brasil, el 1 de diciembre, en Río de Janeiro.
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