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El bosque de las secuoyas es uno de los principales recursos turísticos de Cabezón de la Sal. Javier Rosendo
Nuevas sendas para las secuoyas

Nuevas sendas para las secuoyas

El Ayuntamiento solicita una subvención a la Consejería de Medio Natural para llevar a cabo un proyecto de mejora en el parque

Lucía Alcolea

Cabezón de la Sal

Lunes, 25 de marzo 2019, 08:26

El bosque de las secuoyas de Cabezón de la Sal se ha posicionado en los últimos años como uno de los recursos turísticos más visitados de Cantabria. Y tiene aquello que todos quieren, visitas durante toda la rueda del año, en invierno, primavera, verano y otoño. Claro que es en julio y agosto cuando las visitas se cuentan por miles. Y eso que no se contabilizan todas, porque tan solo se apuntan los datos de aquellas personas que pasan por la caseta situada a la entrada del complejo donde se introduce al visitante en la experiencia. Y son muchos los que acceden directamente al bosque sin pasar por la casilla de salida. La caseta o el punto de información fue instalado en 2017 como iniciativa de la Mancomunidad Saja-Nansa, de la Consejería de Desarrollo Rural, y de la oficina de Turismo de Cabezón de la Sal, además del Ayuntamiento. Funciona determinados meses al año, no siempre, pero sirve para informar sobre las secuoyas y los recursos turísticos de la zona en general. Parecía que con eso bastaba por el momento para sacarle todo el jugo al complejo natural, pero resulta que la afluencia de público ha ido incrementándose cada vez más y el alcalde de Cabezón de la Sal, Víctor Manuel Reinoso, solicitó hace poco a la Consejería del Medio Natural una subvención para darle un nuevo empujón al bosque más famoso de Cantabria.

«Se trata de una subvención para la Red de Espacios Naturales Protegidos y la Consejería ya ha dado el visto bueno al proyecto elaborado por la empresa Quintial Obras y Servicios», concretó Reinoso. Dicho proyecto se basa en la adecuación de rutas adyacentes al espacio natural y la correcta señalización de las mismas. «Se trata de un espacio natural con un especial interés turístico en la zona y con una afluencia de público muy alta, por lo que se propone el marcado de dos sendas alternativas», reza el documento. De esta manera, «los visitantes podrán recorrer mayor superficie de bosque, como la zona de los abetos y del roble americano, situados en los márgenes derecho e izquierdo del parque natural, y no será un recorrido exprés».

El bosque tiene un total de 848 secuoyas

El bosque natural de las secuoyas está compuesto por 848 ejemplares de esta especie con una altura media de 36 metros y un perímetro medio de 1,6 metros. La plantación se sitúa sobre 2,5 hectáreas situada en el paruqe de las Navas. También contiene 25 pies de Pinus Radiata. Las secuoyas no son habituales en Cantabria y fueron plantadas en los años 1940 en época franquista, con el objetivo de restringir las importacionees. Fue un experimento en el que se quería probar la idoneidad de una explotación con fines industriales en el norte de España. No tuvo éxito y se abandonó la peregrina idea pero quedaron varias hectáreas de ese magnífico árbol para el disfrute de los visitantes. El bosque fue declarado Monumento Natural en 2003. El problema con el bosque es el aparcamiento, o más bien la falta de aparcamiento en época estival, cuando cientos de personas acuden en coche a visitar el monumento. El actual parking está conectado con el bosque mediante un camino peatonal que transcurre paralelo a la carretera, pero en verano resulta insuficiente, por lo que los conductores dejan sus vehículos en los márgenes de la vía. En ocasiones se crean situaciones de peligro y atascos.

Actualmente existe una senda peatonal adaptada de madera que en su día realizó la Consejería y la Obra Social de la Caixa, pero que no cubre ni de lejos la totalidad del espacio natural, que es precisamente lo que se busca con la construcción de estas dos nuevas pasarelas. Además de mejorar su capacidad de acogida y ordenar su uso público. Entre las actuaciones, se pretende realizar un «desbroce a lo largo del recorrido marcado para construir las sendas, facilitando el tránsito a través de estas, eliminado zarzas, arbustos e incluso apeando árboles muertos que interrumpan el camino», se explica en el proyecto. El trazado de la senda «debe ajustarse al máximo a la fisiografía de la zona, de manera que se realicen los mínimos movimientos de tierra y se provoque el menor impacto ambiental posible».

Los dos recorridos transcurrirán por el bosque de manera que las personas que los atraviesen observen de paso las diferentes especies forestales y los diversos tipos de masas que existen en el monte. Se trata de sendas semicirculares que comenzarán y finalizarán en el parque natural, lo que resultará más cómodo para los visitantes. «Es un lugar que se ha puesto de moda entre los turistas, que recibe cientos de visitas diarias y que está por tanto muy ligado a las actividades económicas de la comarca, además de fomentar el turismo sostenible y de naturaleza», explicó el concejal de Medio Ambiente, Javier Gutiérrez. Un turismo que cada vez buscan más usuarios.

Javier Rosendo

La otra parte del proyecto implica delimitar con cuerdas o un sistema similar «los caminos marcados por el tránsito de turistas». En el proyecto se recoge el marcado de varias rutas complementarias, a lo que se añadirá la instalación de un cartel de interpretación general a la entrada del recinto, donde quedará reflejada la prohibición de salirse de los caminos marcados, de arrancar trozos de corteza de los árboles y de tirar basura al suelo.

El bosque siempre depara imágenes espectaculares. Javier Rosendo

Un nuevo plan se proyecta así sobre este recurso natural, que es el catalizador para atraer turistas a la comarca. De hecho, desde el punto de información de las secuoyas se reparten folletos en los que se invita al visitante a descubrir lugares como el Poblado Cántabro, el Molino de Carrejo, o yéndonos un poco más lejos, la Ferrería de Cades. Se trata de una iniciativa de la Mancomunidad Saja-Nansa, que ha puesto en marcha varios puntos de información por los recursos turísticos de los municipios que conforman la mancomunidad. De esta manera se crea una red de turistas que recorren todo el valle, en vez de marcharse a otros lugares, como Asturias o Santander. «Se cubre pues, la necesidad de coordinar y homogeneizar la información del territorio, fomentar el trabajo en red que permita conocer las actividades desarrolladas en la comarca y establecer criterios comunes de trabajo, como base para favorecer la cohesión e identidad comarcal», apuntó la técnico de la Mancomunidad, María José Urraca. Estos puntos de información comarcales «complementan y apoyan a las oficinas de información turística que se reparten por todo el territorio». Una iniciativa interesante.

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