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La Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria llevará a cabo la construcción de un nuevo puente en Ruente para unir la zona donde se encuentra el argayo, en la carretera autonómica CA-180, con las praderías situadas al otro lado del río Saja, ... en Monte Aa. El proyecto que ha ideado Obras Públicas implica derruir lo que queda del antiguo puente, cuya rehabilitación resulta del todo «imposible», aseguró ayer el consejero, José Luis Gochicoa. La estructura quedó seriamente dañada como consecuencia del argayo que cayó sobre la carretera de Ruente con motivo de las inundaciones que asolaron Cantabria el pasado mes de enero. Aunque en un principio lo intentaron asegurar, «los pilares de la plataforma se encuentran prácticamente hundidos y existe un riesgo de que el agua se lleve por delante lo poco que queda en pie», concretó el consejero. El puente cumple un papel fundamental en la localidad, ya que conecta el núcleo de este término municipal con la zona de pastos al otro lado del río Saja, donde se desarrolla la actividad ganadera. Mientras llega una solución, y ante el corte de la vía, algunos vecinos han optado por construir una especie de pasarela peatonal alternativa que les permite acceder a sus fincas sin las medidas de seguridad pertinentes y corriendo cierto peligro. Existe otra opción para llegar «pero tendrían que recorrer otro camino de muchos kilómetros», admitió el consejero.
En el proyecto, la Consejería plantea levantar un puente de dos vanos que sustituya al actual, de aproximadamente 30 metros de longitud cada uno. En uno de los laterales, se construirá un pequeño arcén y en el otro margen se creará un paseo peatonal que comunique con el que ya existe en la carretera autonómica, que lleva al pueblo de Ruente. El presupuesto rondará los 700.000 euros «y se ha buscado una solución que permita un montaje rápido, reduciendo así los tiempos de ejecución de las obras, que podrán situarse en torno a seis o siete meses», adelantó Gochicoa.
El puente sobre el río Saja desembocará en la carretera principal, donde habrá una bifurcación para continuar hacia la izquierda, dirección Ruente, o hacia la derecha, donde un poco más adelante se encuentra el pueblo de Barcenillas.
La propuesta será presentada a los responsables municipales en una reunión técnica que se celebrará próximamente, «porque se trata de una obra de competencia municipal», aclaró el consejero. Si el Ayuntamiento da el visto bueno, «esperamos poder finalizar el proyecto en un mes, ya que se encuentra bastante avanzado». El objetivo es adjudicar las obras a finales de este año y que den comienzo a principios de 2020, «siempre y cuando las inclemencias meteorológicas no retrasen nuestras previsiones». Si todo va según lo previsto, los vecinos dispondrán de una nueva estructura, más moderna que la anterior y más segura, por lo que algunos pensarán que «no hay mal que por bien no venga».
Las aguas han vuelto a su cauce y la tierra a su lugar. El enorme argayo que hace más de tres meses se llevó por delante la carretera autonómica CA-180 a la altura de Ruente ya ha sido despejado. «El talud se encuentra estable y no se esperan desprendimientos adicionales», adelantó ayer el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa. Tanto es así que para el próximo mes de mayo, «la carretera se abrirá en su totalidad». Hasta ahora, existe un carril alternativo regulado por semáforos que controlan el tráfico a los pies de la montaña en una sola dirección. El tráfico de camiones es ahora residual y está relacionado con labores de hormigonado, «ya que todo el movimiento de tierras ya se ha llevado a cabo». Actualmente, «se están realizando una serie de anclajes para reforzar el muro que se desprendió de la carretera y asegurarnos de que no vuelva a suceder en el futuro». Estas labores pueden llevar más de un mes «pero no afectarán al tráfico de la carretera», aseguró el político. Buenas noticias para los vecinos, cuya rutina diaria se vio seriamente afectada como consecuencia del argayo y el corte de la carretera que se llevó a cabo durante unas tres semanas.
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