Esta pequeña localidad situada en el corazón del Parque Natural de Oyambre destaca por su excepcional emplazamiento en el alto de la carretera regional CA-236 que discurre por uno de los trayectos costeros paisajísticamente mas singulares de la región, entre La Rabia y San Vicente de la Barquera. Su ubicación en el punto mas alto de ese pequeño recorrido le convierte en un impresionante mirador donde el mar y la montaña tienen un gran protagonismo, desde el que se puede divisar una amplia franja de la costa cantábrica con la playa de Merón en primer plano para continuar por los acantilados de San Vicente hasta poder admirar una gran parte de toda la costa oriental asturiana, todo ello bajo la omnipresente sombra de los Picos de Europa, la Sierra del Cuera y Peña Sagra.
Este paraje ha venido siendo admirado y disfrutado por lugareños y turistas desde hace mucho tiempo sin ningún tipo de problema ni de aglomeraciones, pero en los últimos años se ha convertido en punto de encuentro de centenares de personas que acuden especialmente a contemplar el atardecer desde dos amplias terrazas situadas en sendas estratégicas fincas.
Los coches mal aparcados han alterado la vida de vecinos y residentes que han denunciado la situación
Lo que comenzó siendo algo que llamaba la atención por ese inusitado interés por admirar ese momento especial de la puesta del sol en ese idílico paisaje se ha convertido en un serio problema para los vecinos y residentes de este pueblo que precisamente destacaba por su tranquilidad.
El problema no es la concentración de ese gran número de personas, sino el mal uso que se hace de los vehículos que terminan colapsando la pequeñas vías de comunicación. Aunque en el entorno de los dos negocios existen fincas que se están utilizando como aparcamiento, en algunos casos cobrando, son numerosos los automovilistas que siguen dejando sus vehículos en las estrechas carreteras o caminos lo que impide que dos vehículos se puedan cruzar en la vía lo que supone un serio obstáculo para atender posibles urgencias e incluso ha llevado a los veterinarios a no querer acudir en esos momentos.
La Policía Local acude habitualmente imponiendo numerosas sanciones a los coches mal aparcados. Para intentar evitarlo se ha pintado una parte de esas zonas conflictivas con rayas amarillas y se han colocado vallas, pero el problema permanece. Por ello, además de haberlo puesto en conocimiento de la Delegación del Gobierno se advierte que en los próximos días se incrementarán la vigilancia y las sanciones.
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