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Comienza el invierno y las obras que supondrán la defensa definitiva de los núcleos urbanos de Cabezón de la Sal y Mazcuerras frente a las avenidas del río Saja continúan sin ejecutarse en su totalidad. Las actuaciones del Plan de Recuperación Medioambiental del río ... ideado por la Consejería de Obras Públicas y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), en colaboración con los ayuntamientos afectados, avanzan -sobre todo la parte que compete a la Consejería-, pero no tanto como para que los vecinos duerman tranquilos si anuncian temporal. Todavía no.
El Ejecutivo Cántabro ha finalizado tres intervenciones (dos en el término municipal de Cabezón de la Sal y una en Mazcuerras) de las cinco que le corresponde llevar a cabo. Hay otras dos actuaciones pendientes que se han retrasado porque los vecinos han presentado alegaciones, pero todo indica que los trabajos finalizarán este año. Las labores de la Consejería consisten fundamentalmente en construir escolleras para proteger las zonas urbanas y evitar que se produzcan argayos o situaciones como las que se vivieron en las inundaciones de 2019, cuando los vecinos tuvieron que ser evacuados en lanchas. Hasta ahora, Obras Públicas ha actuado en las pedanías cabezonenses de Ontoria y Santibáñez, y en el pueblo de Villanueva de la Peña ( Mazcuerras), donde el Saja estuvo años entrando en las casas invierno tras invierno. Cuando se resuelva el tema de las alegaciones, ejecutará los trabajos en el pueblo de Cos y en el arroyo de Las Navas. En total, 1.242.000 euros. «Son pequeñas actuaciones que nada tienen que ver con la obra de la Confederación, de un volumen mucho mayor», explicó el alcalde de Cabezón, Víctor Manuel Reinoso. El Estado invertirá más dinero -6,6 millones de euros- y más tiempo -Reinoso calcula que las labores podrían alargarse hasta 2024-.
La entidad responsable de los ríos llevará a cabo la regeneración medioambiental del entorno y la defensa frente a las inundaciones con soluciones basadas en la naturaleza. Concretamente, eliminará barreras longitudinales mediante técnicas de bioingeniería; gestionará la vegetación existente con la erradicación de especies invasoras y plantará especies autóctonas. Por otro lado, construirá motas alejadas del cauce para delimitar el espacio fluvial e incrementará la laminación en avenidas mediante setos, barreras de retención y zonas de amortiguación. Estas actuaciones contribuirán a la mejora de la calidad de las aguas. Un proyecto ambicioso que supondrá la metamorfosis del paisaje que atraviesa el río Saja.
El plan va más allá de evitar que el río se salga de su cauce y pretende sacar el máximo partido al hábitat del ecosistema fluvial. De hecho, está previsto instalar cartelería temática, realizar actividades de voluntariado ambiental y divulgación e incluso crear una aplicación interactiva. El proyecto contempla además llegar a un acuerdo de custodia del territorio de este tramo del río entre la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y las personas o entidades públicas y privadas interesadas, como herramienta para la conservación de la naturaleza y para aumentar la función social de la biodiversidad.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) licitó el proyecto en noviembre «y está próximo a adjudicarse», confirmó ayer Reinoso. El planteamiento de la Confederación Hidrográfica causó controversia en un principio, cuando algunos de los vecinos afectados presentaron en torno a doscientas alegaciones en contra de la construcción de una senda ciclable en torno al cauce. Finalmente el organismo se vio obligado a prescindir de este punto y dar la razón a los vecinos, quienes alegaban que ya existía un camino similar en esa zona y que la nueva construcción no iba sino a degradar el entorno.
Paralelamente a este proyecto, se desarrollarán una serie de actuaciones dirigidas a paliar las inundaciones que se producen entre Casar de Periedo y Caranceja (Reocín), al otro lado del río. Las obras consistirán en la recuperación hidromorfológica del cauce. En este caso la Consejería «se encarga de la expropiación de los terrenos particulares», que, según han anunciado desde el Ejecutivo, «ya están disponibles». El Ayuntamiento pone a disposición los terrenos públicos. Por su parte, el Estado ya ha sacado a licitación las obras y el plazo para presentar ofertas finalizó en diciembre. Un paso más hacia delante de las administraciones en su intento por dominar el discurso del Saja.
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