Las obras del puente de Virgen de la Peña finalizarán la próxima primavera

La nueva plataforma sustituirá al actual puente, que supone un peligro tanto para los conductores como para los peatones. Su estrechez (seis metros) impide que apenas puedan circular dos vehículos a la vez en sentido contrario y casi no hay espacio para los viandantes. Se trata además de un enclave muy frecuentado a cualquier hora del día, por lo que los vecinos hacía tiempo que venían reclamando una solución.

El proyecto de Obras Públicas contempla demoler la vieja estructura -se hará una vez esté operativo el nuevo puente-, una medida que algunos vecinos cuestionaron al comienzo de las obras, pero que tres años después, todos dan por hecho. La construcción del puente que une ambos núcleos ha sido y es tema de conversación por los sucesivos retrasos que han sufrido las obras, debido sobre todo a la mala suerte, más que a una errónea planificación. En 2019, la plataforma desde la que se dirigían los trabajos se vio afectada por las inundaciones que asolaron Cantabria, lo que retrasó las labores durante varias semanas. Al año siguiente comenzó la pandemia y la Consejería experimentó dificultades para disponer de los materiales necesarios.

90metros es la longitud que tendrá el nuevo puente sobre el río Saja

Hay que tener en cuenta además que se trata de una obra de gran envergadura, tal y como recordó ayer el consejero. «La plataforma tendrá 13 metros de ancho y una acera a cada lado de 1,85 metros, por la que podrán circular peatones e incluso bicicletas». Aunque ahora mismo el puente parece una construcción enorme sobre un río inofensivo que baja con poca agua, Gochicoa explicó que «permitirá mejorar hidráulicamente el cauce y por tanto hacer frente a las inundaciones que se producen con frecuencia en la zona». En cuanto a los detalles de la obra, el consejero aclaró que para montar la estructura metálica «se han necesitado cables especiales que solo producen dos empresas en toda Europa». En total, «el puente medirá unos noventa metros y, aunque ahora cuenta con múltiples apoyos provisionales, al final dispondrá solo de dos apoyos situados a quince metros de cada uno de los estribos».

Una solución «fundamental para los vecinos, no solo de Cabezón y Mazcuerras, sino de los ayuntamientos limítrofes», insistió el consejero. Y es que de esta forma «se libera un espacio peligroso donde tenían lugar frecuentes accidentes», ya que incluso se han llegado a producir destrozos en la ermita situada a la salida del puente debido al tráfico de camiones. Así lo explicó ayer también el alcalde de Mazcuerras, quien a su vez recordó que los ciudadanos recorren habitualmente este paso para acudir a la estación de tren, por lo que a partir de ahora podrán hacerlo con total seguridad. Por su parte, el regidor de Cabezón alabó la actuación e hizo hincapié en que «los usuarios contarán ahora con una entrada al valle más segura y accesible».

Para completar esta actuación, Obras Públicas ya construyó una nueva rotonda en la carretera N-634, justo unos metros antes del puente. La glorieta ha mejorado la circulación en este punto, donde se producían nudos por la confusión que generaban las señales viales entre los conductores. Aunque la rotonda es relativamente nueva, la zona lleva en obras tanto tiempo que cuesta acordarse de cómo era antes.