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El palacio Jesús de Monasterio de Casar de Periedo es un museo de la música que, salvo excepciones, está cerrado al público. El inmueble situado en la pedanía cabezonense, que en 2014 se inauguró como sala de exposiciones en torno a la figura del violinista ... y compositor español, se abre «solamente para acoger ciclos de música clásica o conciertos esporádicos -que tienen lugar sobre todo en época estival-, pero no cumple su función como museo», se queja el dinamizador de este proyecto, Enrique Campuzano.
La que fuera residencia de verano del virtuoso músico alberga, entre otros elementos, el primer violín que tuvo en su poder Jesús de Monasterio siendo todavía un niño. El propietario del exquisito instrumento musical decidió donarlo para que fuera expuesto en la casa museo de Cabezón de la Sal -es el único objeto que hay de Monasterio en la casa-, «pero ahora quiere recuperarlo», asegura Campuzano. ¿El motivo? Es evidente, «que el museo está cerrado». Campuzano emite una queja que ya se viene alargando en el tiempo. «Desde el Ayuntamiento no se han molestado en otorgarle vida, ni se han organizado visitas guiadas». De hecho, argumenta, «nadie se encarga de vigilar el edificio cuando está abierto, por lo que hay elementos que desaparecen o se cambian de sitio».
El palacio de 1730 dispone de dos plantas, en las que se distribuyen vitrinas con material musical, así como un espacio dedicado a biblioteca y fonoteca, con un fondo bibliográfico de mil ejemplares y otros tantos CD y DVD. La mayoría donaciones. Sin embargo, nada de esto cumple un fin divulgativo.
Para más inri, el año pasado se 'europeizó' el espacio al pasar a formar parte de la Red de Casas y Museos de Músicos Europeos. La inclusión de Jesús de Monasterio en esta selecta lista de la que forman parte 27 miembros de diferentes países de Europa, le hizo a Campuzano recuperar el optimismo. Hablaba de referencia musical; de que la casa podía ser una residencia de artistas de intercambio; de acceso a subvenciones; de digitalización de documentos. Pero no. Las instituciones continuaron sin otorgarle al inmueble «la importancia» que según Campuzano, se merece.
El museo de la música es de momento una oportunidad perdida, si bien es cierto que la actividad se dinamiza en verano con conciertos que se realizan en colaboración con el Festival Internacional de Santander o con el conservatorio Jesús de Monasterio -el año pasado acogió la primera edición del festival de Schubertíada de Cantabria y este año repitió en abril-. También suele actuar el ganador del Concurso Internacional de Música de Cámara de Arnuero. Pero falta mucho trabajo para que el museo adquiera todo su potencial como institución cultural en el ámbito musical.
«Lo primero, que la casa permanezca abierta por las tardes en invierno y durante todo el día en verano; que haya un piano para los conciertos, dotar al edificio de música ambiental; crear una página web o digitalizar el material del que se dispone para facilitar su consulta», enumera el coordinador.
A este respecto, el alcalde popular, Óscar López, explicó que su intención «es darle una vuelta de tuerca a este espacio y ponerlo en valor». Aunque también es consciente de las limitaciones de la Administración Local a la hora de contratar personal. El nuevo regidor aboga por «renovar y actualizar la red de museos del municipio, especialmente el Museo Textil, ya que se ha quedado pequeño». Necesitará la ayuda del Gobierno Regional. «Vamos a ser muy pesados», adelantó. Habrá que esperar para ver si la insistencia surte efecto y la casa museo Jesús de Monasterio cumple al fin la función por la que fue inaugurado hace nueve años.
El palacio se construyó en el siglo XVIII por encargo del promotor Don Sebastián Gómez de la Torre y Velarde. Durante años, ya en el siglo XIX, fue vivienda vacacional del violinista Jesús de Monasterio, que falleció en Casar en el año 1903. Sus restos se encuentran en la iglesia parroquial de San Lorenzo, en el pueblo de Periedo. Monasterio cedió el inmueble a los vecinos del pueblo de Casar, con el fin de que se le diera un fin educativo y cultural.
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