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Con el agua hasta las rodillas. Así salen estos días algunos bañistas de la playa de la Rabia, en Oyambre, donde este invierno se retiró ... parcialmente el dique de la ría del Capitán, que comunica la carretera con el arenal, dentro de un proyecto para conservar el valor medioambiental del estuario. La estructura, que era atravesada por los bañistas para acceder a la playa a pesar de que estaba prohibido, fue sustituida por una losa de hormigón que queda al descubierto únicamente cuando hay marea baja. En pleamar desaparece. A pesar de que en la zona hay un cartel que prohibe el acceso a la ría por este camino, los usuarios continúan atravesando el paso y evitan así dar una vuelta considerable por la playa grande de Oyambre para ir a la Rabia, su destino final. Lo malo es que a veces a la hora de salir de la playa se encuentran con que el agua ha cubierto parte del camino. Entonces se ven obligados a hacer auténticos malabares para atravesar este paso resbaladizo, con los bártulos en la mano y el peligro que ello conlleva.
La estampa ha dado de qué hablar y ha generado aún más polémica sobre una iniciativa, la de retirar el dique, con la que no todos estuvieron de acuerdo desde un principio. La medida se enmarca dentro del proyecto Convive Life, financiado por la Unión Europea, y tiene como objetivo restaurar el hábitat, de forma que sea compatible con el uso que de él se realiza. La retirara del dique de la ría del Capitán comenzaba a ser apremiante después de que los expertos apreciaran su falta de mantenimiento y su inestabilidad. Además, concluyeron en su momento, la estructura «facilita el asentamiento de especies invasoras, principalmente la chilca, y restringe el flujo del agua, por lo que es necesario actuar con rapidez y garantizar la rehabilitación del conjunto natural».
Dadas las circunstancias, se decidió retirar el dique en su totalidad, pero el alcalde del Ayuntamiento de Valdáliga, Lorenzo González, rechazó una actuación tan drástica. Finalmente, tras varias conversaciones entre los organismos competentes, se eliminó el dique parcialmente y se construyó este paso de hormigón que solo da servicio en bajamar. La llegada del verano y de los bañistas ha confirmado que la solución medioambiental no es igual en el caso de los usuarios, ya que la mayoría no respeta el cartel de «no pasar» y prefiere mojarse con tal de llegar a la Rabia. «La gente no hace caso», confirmaba el regidor, que ha planteado a Costas «construir una pasarela de madera que una ambos extremos». De otro modo, aseguraba ayer, «nos veremos obligados a tapiar la zona, porque yo no puedo esperar a que haya una desgracia». Atravesar el dique ya estaba prohibido antes de su retirada «porque no es un camino», pero los usuarios siempre han hecho caso omiso.
Por su parte, la directora del parque natural de Oyambre, Raquel Sánchez, reconoció ayer que la situación es «preocupante». «La alternativa planteada por el Ayuntamiento nos permitía lograr la recuperación dinámica marina, pero continúa habiendo un riesgo y la gente sigue pasando, a pesar de que siempre ha estado prohibido». Levantar un puente de lado a lado «es inviable desde el punto de vista económico», aclaró, «por lo que estamos estudiando otra solución, pero no hay que perder de vista que se trata de una zona difícil y que el paso siempre va a estar húmedo». Aunque el dique no se ha retirado del todo, «sí se ha rebajado lo suficiente para que el agua entre de manera natural», pero atravesar este paso continúa sin ser adecuado. «Quizá coloquemos carteles más grandes», propone el alcalde, aunque lo más probable es que el tamaño del cartel no tenga mucho impacto en la voluntad de los bañistas, que tienden a buscar la comodidad.
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