Los pescadores de San Vicente piden un estudio para prolongar el rompeolas

Esta es ya una vieja demanda que hasta el momento no ha sido atendida, algo que en las actuales circunstancias, en pleno siglo XXI, el Patrón Mayor, Emilio Bustamante, considera «incomprensible» después de que hace años los responsables regionales se comprometieron a encargar un estudio a la Universidad de Cantabria para ver la idoneidad de la propuesta desde todos los puntos de vista -técnico y económico-, así como de las posibles afecciones que podría tener la actuación, compromiso que a pesar del tiempo transcurrido no se ha cumplido.

Desde la Cofradía de Pescadores se recalca que entre los puertos de Santander y Gijón no existe ningún otro puerto que pueda considerarse de «refugio» para las embarcaciones, lo que supone un serio peligro para la navegación por esa amplia franja de costa, por lo que consideran que el de San Vicente de la Barquera es el único que por sus condiciones naturales reúne los requisitos necesarios para ello, con actuaciones como la que ahora demanda de nuevo.

También se recuerda la extraordinaria obra que supuso la construcción del actual rompeolas a lo largo de la primera mitad del pasado siglo, actuación que supuso un ingente esfuerzo por su alto coste y la época en la que se desarrolló, siendo, a juicio de la Cofradía, «la mejor obra que hemos tenido a lo largo de los últimos 100 años». Sin embargo consideran que en los momentos actuales no se puede mantener esa infraestructura en las mismas condiciones «para evitar que los marineros se tengan que seguir jugando la vida un día sí y otro también».

Según la experiencia de los propios marineros, sería necesario alargar el actual espigón unos 200 metros aproximadamente en dirección norte-nordeste, hasta lo que ellos llaman «la espera en tierra», con lo que se ampliaría la zona de seguridad para que las embarcaciones puedan afrontar la salida y llegada al puerto sin tener que «luchar contra la rompiente».

«No pedimos construir un superpuerto de 90 millones de euros, creemos que con mucho menos dinero y mucha más voluntad se podría solucionar este problema sin tener que llegar a lamentar la pérdida de vidas humanas ni de embarcaciones que en cualquier momento se puede producir», se manifiesta en el escrito remitido a la Consejería de Obras Públicas la Cofradía de Pescadores de San Vicente.

Además de la seguridad, esa prolongación del rompeolas permitiría ampliar la operatividad del puerto a lo largo de muchos más días al año, especialmente para los barcos más pequeños, y la llegada de pesqueros de otros puertos, con el consiguiente beneficio económico que ello generaría en una actividad como la pesca que padece desde hace décadas una grave crisis.