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San Vicente ha vuelto a sufrir hoy, domingo, los efectos de la fuerza del mar en las calles más céntricas de la villa. Como ya sucedió este sábado, la coincidencia de la pleamar, que en la tarde del domingo se ha registrado poco después de ... las 16,30 horas, con un coeficiente de 101 y con una marejada con fuertes corrientes, ha provocado que el mar llegase hasta el corazón del centro urbano de San Vicente de la Barquera, inundando nuevamente el paseo marítimo de Antonio Garelly y la travesía Concha Espina para llegar hasta la avenida de Los Soportales, la principal arteria de la villa.
En esta ocasión, los establecimientos hosteleros y comerciales de esa zona no se han visto tan afectados como en la jornada del sábado. Ese día, algunos como La Rampla, El Ancla o El Mozucu, tuvieron que dejar de dar comidas viendo como el mar volvía a llegar de nuevo a sus terrazas y locales. Una situación que a un grupo de comensales extranjeros parece que no les importó, ya que se descalzaron y siguieron comiendo con el agua casi hasta las rodillas.
Otros turistas al acabar su visita por San Vicente e ir a coger el coche que tenían aparcado en esa zona, se encontraron con la sorpresa de verlo rodeado de agua por lo que tuvieron que esperar a que el mar se retirase. Quienes peor han vivido lo sucedido han sido los empresarios y trabajadores afectados. David Castro, propietario de El Ancla y el Mozucu, aún no había hecho balance de los daños sufridos entre los que se encuentra gran parte de la maquinaria que tiene o el parqué flotante de uno de los locales. «Mañana tendré que pegarme con los del seguro, pero estoy convencido que no me cubrirán todo el desaguisado que me ha hecho las mareas de estos días, porque los aparatos que aún funcionan con el salitre se terminarán estropeando», lamentaba.
Óscar Losada, propietario de Regalos Poker, se afanaba a la puerta de su local para impedir que agua terminase entrando, tarea que le resultó imposible el sábado dañando a un buen número de prensa. «Lo mismo que estoy haciendo ahora he tenido que hacer a las 5 de la madrugada en la otra pleamar que tan solo vimos los afectados», recalcaba.
«Nunca en mi vida he visto entrar el agua con esta fuerza y eso que el coeficiente de la marea no es tan alto», señalaba Borja Diez Hoyos, el propietario del Bar La Rampla al mismo tiempo que pedía soluciones: «Algo tendrá que hacer a quien le corresponda para dar una solución. Esto cada vez pasa mas veces y está claro que se repetirá más a menudo»
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