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Conseguir que la antigua Casa Rectoral de Puente Pumar se convierta en un centro que impulse la actividad turística, cultural y económica del Valle de Polaciones es el objetivo que se ha marcado el alcalde del municipio, Vicente Gómez (PP), después de ver ... cómo este inmueble del siglo XVIII languidece con el paso de los años, sin desarrollar apenas actividad alguna. Lejos han quedado las expectativas creadas con su restauración en 2001 por parte del Grupo de Acción Local Saja para poner en marcha lo que en su momento se denominó el Centro Receptor del Ecomuseo Saja-Nansa.
Lo cierto es que tan solo durante los primeros años, tras las obras de rehabilitación, cumplió la función inicialmente prevista, al albergar, mediante concesión, un establecimiento hostelero y diversas actividades expositivas y culturales en sus diferentes salas multiusos.
Pero aquella actividad cesó en poco tiempo. Desde entonces, en el centro se desarrollan algunas actividades puntuales y, en los últimos tiempos, el edificio ha sido cedido a la Fundación Botín para las acciones que viene desarrollando en la comarca del Nansa desde hace varios años dentro de su Programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio. Se trata únicamente de dos o tres actividades a lo largo del año, lo que hace que este singular inmueble, con todos sus espacios habilitados, se mantenga infrautilizado y abandonado la mayor parte del tiempo.
Para intentar cambiar esa situación, Vicente Gómez se ha reunido recientemente con la consejera del Cultura y Turismo, Eva Guillermina Fernández, para solicitar la intervención de su departamento y recuperar la actividad cultural y turística del centro. La demanda ha tenido muy buena acogida, tanto por el interés patrimonial del inmueble como por dinamizar a través de él uno de los valles mas interesantes de la región, desde el punto de vista natural, etnográfico y patrimonial, pero por su situación geográfica es uno de los menos conocidos.
La Casa Rectoral de Puente Pumar, también conocida como la Casa del Arzobispo o de La Coronela, construida en sillería en el siglo XVIII a espaldas de la iglesia parroquial de Puente Pumar, cuenta con dos plantas separadas por una montura volada que es su principal decoración junto a las pilastras que escoltan el cuerpo central y las esquinas. La planta baja cuenta con tres arcos de medio punto.
La parroquia de la Natividad vendió esta propiedad a la entonces Diputación Provincial de Santander en 1971 que posteriormente se la cedió al Grupo de Acción Local Saja-Nansa que ejecutó su rehabilitación.
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