Polémica entre los pescadores y los dueños de barcos de recreo por los amarres en Comillas

Los desencuentros entre unos y otros comenzaron después de que se inaugurasen las obras de la dársena, cuando debía reorganizarse la configuración de los barcos en el muelle tras varios meses de trabajos. Los pescadores entendieron entonces que tenían preferencia para atracar frente a la lonja y ocupar el lugar del que antes disponían cuatro embarcaciones de recreo. Una propuesta que no parece descabellada dado que «cargamos con palés llenos de pescado que pesan más de 400 kilos, por lo que consideramos que debemos disponer de ese acceso directo a la lonja sin tener que rodear todo el muelle», explicó este sábado el presidente de la cofradía, Luis Moro. El problema es que los propietarios de los barcos deportivos no están dispuestos a ceder sus amarres. De los cuatro afectados, tan solo uno ha decidido ocupar otro lugar y dejar su 'aparcamiento' en el muelle a los pescadores. «Los otros tres se han negado», explica Moro, indignado porque considera que «el cambio de ubicación no genera ningún perjuicio al resto de embarcaciones, mientras que a los pescadores si nos supone una molestia tener que descargar el pescado en otro punto del puerto». Moro carga contra «el Club Náutico de Comillas, al que pertenecen los propietarios de los tres barcos que se niegan a desplazarse unos metros más allá para dejarnos sitio». Aunque sabe que la decisión final depende de la Dirección General de Puertos, «que hasta ahora no ha ofrecido una respuesta definitiva sobre la asignación de amarres». «Son ellos quienes tienen la autoridad para regular el atraque», recuerda Moro, quien advierte de que Comillas «es el único puerto de Cantabria donde los barcos de pesca no pueden atracar delante de la lonja».

Sin embargo, según la Dirección General de Puertos, la distribución volverá a ser la misma que antes, de manera que los barcos deportivos «se situarían en dos filas en el extremo oeste de la dársena», dejando apenas hueco para un barco pesquero frente a la lonja. Según Puertos, una forma «equilibrada de distribuir el espacio que ha venido funcionando con anterioridad».