La popular Rosa Fernández asumirá en julio el bastón de mando de la Alcaldía de Cabuérniga

La de hace dos años en Cabuérniga fue una alianza lenta y silenciosa. El misterio sobre quién iba a gobernar en el Ayuntamiento se mantuvo hasta el final, a pesar de que los resultados electorales apuntaban en una dirección bastante clara. El PRC había logrado tres concejales y volvía a ser el partido más votado. PP y PSOE consiguieron dos ediles cada uno. Como en el resto de ayuntamientos cántabros con situaciones más o menos similares, todo parecía indicar que el pacto se produciría entre regionalistas y socialistas. Pero no. Fernández y Toral llevaban ya un tiempo negociando para formar un bipartito y situar al regionalista en la casilla de salida, aunque ellos dijeron que la decisión definitiva se tomó media hora antes del pleno de investidura, el 15 de junio de 2019. Faltan dos días para que se cumplan dos años exactos, pero la alcaldesa número dos, si se cuenta por orden de llegada al sillón consistorial, no será investida hasta el día 3 de julio.

El exregidor acusó a los portavoces de «traidores», molesto por tener que sentarse en un banco, el de la oposición, que le era desconocido, pero donde se ha sabido desenvolver. El regionalista ha enviado más notas de prensa en estos dos años de las que envió a lo largo de todo su mandato. También hubo críticas, más o menos veladas, por parte de los responsables regionales de ambos partidos, ya que al parecer el pacto se fraguó según la voluntad de los portavoces, que actuaron independientemente de las directrices de sus respectivas organizaciones políticas. De hecho, a día de hoy, Nicolás Toral todavía no está seguro de que la jugada no le cueste el puesto. Ahora tendrá que ver lo que sucede desde una concejalía, aún no se sabe cuál, aunque lo más probable es que sea primer teniente de alcalde. Cuando habla de sus propios logros, destaca que ha gobernado «para todos los vecinos, algo que –asegura– no se había dado en Cabuérniga hasta ahora». También menciona la cubierta del colegio de Terán o la inversión en turismo e infraestructuras. En este último apartado, queda pendiente la rehabilitación de las antiguas escuelas de Terán, una asignatura que no depende tanto del Consistorio como del Gobierno regional, pero que dibuja una mancha en el expediente político.

Las tareas pendientes recaerán en la popular Rosa Fernández, expresidenta de la Mancomunidad de Servicios Sociales Saja-Corona, desde donde potenció la puesta en marcha de políticas para mejorar la situación de las mujeres y de los jóvenes en el ámbito rural. Ahora tendrá que demostrar sus habilidades a cargo de un Ayuntamiento entre cuyos retos está también luchar contra la despoblación.

Sobre sus expectativas, poco se sabe, ya que ni el alcalde saliente ni la alcaldesa entrante han querido conceder entrevistas a este medio de comunicación, algo que también han decidido de mutuo acuerdo.