Prospera la moción de censura en Rionansa y José Miguel Gómez (PP) ya es el nuevo alcalde

La sesión plenaria, abarrotada de público –acudieron miembros de la dirección de los tres partidos con representación–, se desarrolló en apenas una hora y no hubo sobresaltos. Los políticos entraron al salón de plenos con un cargo dentro de la Corporación y salieron con otro diferente. Ocupando el centro de la mesa, presidió la sesión por razón de edad el concejal regionalista, con el que el PRC –comunicaron hoy– iniciará de inmediato el procedimiento de expulsión. El edil indisciplinado llevaba dos semanas anunciando que no recularía en su apoyo al PP. Y no reculó. Cuando le tocó el turno de votar, esgrimió un «sí» definitorio y contundente.

Antes de proceder a la votación, el del PP explicó los motivos que le han llevado a plantear la moción de censura. Habló desde la izquierda de la mesa, dirigiendo sus palabras al entonces todavía alcalde socialista, sentado al otro lado de la sala. Acusó al equipo de gobierno de no emprender un proyecto de legislatura; de no ejecutar las actuaciones previstas. Hizo alusión a San Sebastián de Garabandal, pedanía que dirige el concejal regionalista indisciplinado. «Tú lo conoces bien, José Luis –le dijo el nuevo alcalde a su antecesor–, sabes que hay un problema grave de seguridad vial a la entrada del pueblo y que teníamos hecho un proyecto que estaba siguiendo los trámites y que has apartado de tus objetivos». También se refirió a la «pérdida de subvenciones» y al «perjuicio que esto supone para los vecinos y para el Ayuntamiento». Afeó al alcalde su gestión de la limpieza, del saneamiento, de los espacios públicos...

Después llegó el turno de Herrero, que defendió su gestión a capa y espada. Dijo el ya exalcalde que la moción de censura «era la crónica de una muerte anunciada»; que cuando firmaron el pacto de coalición para repartirse el poder, «todo el mundo decía que Miguel Ángel no estaba de acuerdo» –este punto ha sido confirmado por el aludido en varias ocasiones–. «Os vais a salir con la vuestra y encima queréis quedar bien, pero yo vengo a defender mi dignidad y mi honor», avisó el socialista, que se extendió en un discurso largo –desoyendo los avisos del presidente de la mesa para que fuese breve– y en ocasiones emotivo –llegó a decir que va a tener una nieta llamada Olivia Herrero–. Insistió, como lo han hecho desde la dirección del PSOE y del PRC, en que esta moción va a suponer «la pérdida de proyectos en marcha», como la mejora de la zona de los pinos de Garabandal, en la que el Ejecutivo «se comprometió a invertir, porque era una de las condiciones de Revilla para aprobar los Presupuestos regionales».

Dio cifras el exalcalde, mientras su compañera de partido, María Gutiérrez, asentía con la cabeza. Citó obras hechas y por hacer. Aseguró que no pondría «zancadillas» al nuevo gobierno y aclaró que durante este primer año al mando del Consistorio.

La inusual circunstancia elevó el tono de la 'grada' hasta que dio comienzo la intervención del portavoz regionalista, Enrique Pérez. «Hoy estamos aquí para votar una moción de censura que carece de fundamento y no tiene justificación». Una propuesta, incidió, «que ha sido secundada por el Gobierno de Cantabria y el apoyo de un tránsfuga, con el único fin de gobernar a toda costa», dijo. El número uno de los regionalistas apeló sin ambages a su todavía compañero, el regionalista, que levantó la cabeza en contadas ocasiones, apenas pronunció una palabra –más allá de los avisos al exalcalde– y al que no se le vio sonreír en toda la sesión. «Estás traicionando a tu secretario general –le señaló refiriéndose a Revilla–, con el que te sentabas en la mesa y del que tenías su número personal». Y continuó: «Traicionas a los votantes de Rionansa, pero fíjate Miguel Ángel –le dijo–, que yo creo que esto que debatimos hoy aquí no tiene mucho sentido, porque lo haces en parte, por egoísmo y creo, también, que esta moción estaba apalabrada desde hace once meses. Mira Miguel Ángel, si Revilla fuera el presidente del Gobierno de Cantabria, ahora mismo no estaríamos aquí».

Finalizadas las intervenciones, se procedió a votar. El edil del PRC mantuvo su postura hasta el final. Lo hizo a pesar de la insistencia de su número uno, que en un último intento por disuadirle de apoyar la moción, le instó a aceptar el cargo de alcalde que le había ofrecido el socialista. «Si no estás de acuerdo, entra –señaló refiriéndose al despacho de Alcaldía– y soluciónalo». Nada de esto sirvió para que González cambiara de opinión. A continuación, juraba su cargo el popular José Miguel Gómez, de nuevo alcalde del Ayuntamiento de Rionansa, el municipio en el que este miércoles se aprobó la primera moción de censura de la legislatura en Cantabria.