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Hace una semana que la crecida de los ríos volvió a provocar inundaciones en la zona occidental de Cantabria como consecuencia de las fuertes lluvias, cuando los afectados aún estaban recuperándose del temporal que arrasó la región hace diez meses. La máxima preocupación ahora continúa ... siendo cómo encauzar los ríos y evitar que, para algunos, Cantabria se convierta en un infierno cada vez que llueve de manera torrencial. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) está llevando a cabo diversas actuaciones en este sentido. Así, este mes han finalizado las obras que ha puesto en marcha la institución encargada de los ríos en el cauce del Saja a la altura de Terán, en el municipio de Cabuérniga, donde el pasado mes de enero se produjeron inundaciones que afectaron a varios propietarios. Las labores, que han sido realizadas por la empresa pública Tragsa, se han efectuado especialmente en una extensión de 550 metros, en la margen izquierda del río, según informaron desde la CHC.
Los trabajos han consistido en retirar los árboles muertos y la acumulación de restos vegetales así como en eliminar árboles con riesgo de caída. También se han recolocado acarreos en las márgenes del cauce y se ha transportado el material sobrante al lugar de acopio. De esta forma, explicaron a través de una nota de prensa, «se libera y gana sección útil del cauce al tiempo que se reponen las tierras colindantes». La actuación más importante ha consistido en la reconstrucción de una escollera con talud superior restaurado mediante técnicas de bioingeniería (tierra vegetal, estaquillado de sauces, malla de coco y semillado). También se ha rehabilitado un brazo del río. en la margen izquierda, para darle mayor capacidad de evacuación al agua en momentos de crecida, algo fundamental teniendo en cuenta que cada vez que llueve copiosamente los vecinos se ponen a temblar. Por último, se ha llevado a cabo el tratamiento de la vegetación exótica invasora.
Los trabajos ejecutados por la Confederación en este punto evitaron que tanto hace una semana como en la última crecida que tuvo lugar en septiembre, el agua alcanzase la zona urbana del pueblo de Terán. Sin embargo, se trata de una actuación «provisional» mientras se lleva a cabo el proyecto definitivo, según explicó ayer el alcalde de Cabuérniga, Nicolás Toral. El regidor aseguró que «se ha puesto un parche hasta que se pueda acometer la obra importante, que consiste en la construcción de una escollera de roca». Lo que han hecho, concretó, «es acumular el material del río en la margen izquierda para hacer el cauce más ancho y evitar que se desborde y llegue a las casas con la mínima crecida». Si bien explicó que desde enero «el río Saja está casi al mismo nivel que las fincas», cuyos propietarios continúan sufriendo inundaciones. Toral insistió en que la prioridad de Confederación es «proteger las zonas urbanas (aunque actúa fuera de ellas)», pero aclaró que existe un proyecto para defender los terrenos. Este plan consistente «en construir una escollera en condiciones, que será aprobado en el primer trimestre de 2020 y realizado antes de la primavera».
No siempre después de la tormenta llega la calma. Tras las inundaciones que tuvieron lugar el pasado miércoles, han comenzado a difundirse fotografías del canal de Santa Lucía sin limpiar días antes de la riada, lo que según el alcalde pedáneo, Manuel González Mier, tuvo como consecuencia que se inundaran los chalés de la urbanización La Bolera, en Carrejo, y el centro de Cabezón. El canal no se había desbordado desde la riada del año 1996, tras la cual la CHC construyó un aliviadero.
Dejar de limpiar el canal ha provocado, según el pedáneo, que se obstruyera la zona de desagüe y se desbordara el río Rumaldero, hasta terminar entrando en algunas viviendas. Sin embargo, según la CHC, la riada se debío a otras causas. «El desbordamiento del arroyo San Ciprián, en el núcleo de Carrejo, se debió a la escasa capacidad de desagüe del puente existente así como al desbordamiento del canal de alivio (canal de Santa Lucía) en su zona de cabecera, donde sus protecciones laterales son más bajas por la existencia de un vado para permitir el acceso a las fincas de la margen contraria».
El desbordamiento del canal «afecta al núcleo de Carrejo».Aseguran por tanto desde CHC que la pedanía no se inundó porque el cauce no estuviese limpio, sino «porque la existencia de este vado minora la capacidad real del canal de alivio».Es más, aseguraron, «el estado actual de conservación del canal se estima correcto, apreciándose la existencia de vegetación en las riberas y carrizos en el lecho del cauce de escollera, sin depósitos de sedimentos que disminuyan significativamente su capacidad hidráulica, y no por la vegetación que hay en el cauce».
Mientras tanto, hay vecinos que continúan sufriendo las consecuencias de las inundaciones. Es el caso de Jesús Rebanal, propietario de una finca en Terán, a la que el río dio un mordisco hace una semana pese a los trabajos ejecutados. En su opinión «lo único que han hecho es un talud de tierra normal, no de escollera, que el río ha vuelto a llevarse por delante». Denuncia que el Saja está pegado a la finca donde tiene su ganado y que cuando haya otra crecida «volverá a destrozarlo todo». Hace diez meses, el río echó abajo el puente colgante que construyó el padre de Jesús hace 50 años y por el que se accedía a las fincas. Desde entonces, «tengo que dar una vuelta de dos kilómetros y atender a las vacas cada cuatro o cinco días», explica Jesús, quien asegura indignado que «para nosotros no hay solución». La actual escollera, insiste, «es pan para hoy y hambre para mañana», y asegura haber propuesto varias alternativas a Confederación para evitar que el río entre en su cuadra. Con respecto a este caso, el alcalde apuntó que «el acopio de material ha evitado que el río se salga hacia el pueblo, pero no que se protejan las fincas de éste u otros vecinos», algo que sí será efectivo cuando se acometa el proyecto definitivo. Lo malo, señaló, «es que habrá que pasar el invierno como podamos».
Por su parte, desde Confederación aclaran que «esta actuación forma parte de los trabajos de conservación, mantenimiento y reparación de daños en el dominio público hidráulico que está ejecutando en el ámbito de la cuenca del Saja». Explican que las actuaciones, que está previsto desarrollar a lo largo de 2019 incluyen trabajos repartidos por distintas zonas de Cantabria, fundamentalmente fuera de las zonas urbanas, en las que las labores de conservación y mantenimiento de cauces son competencia de los propios ayuntamientos.
Un problema de difícil solución el del río Saja en Cantabria, que mantiene preocupados tanto a los vecinos como a los responsables municipales.
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